Mentiras arriesgadas... y cachondas

En 1983, Luc Besson presentó su primer largometraje. Poco después empezó a difundir el bulo: «Diez películas y dejo la dirección». Claro, y ríanse cuando una celebridad del séptimo arte anuncie su retirada. «Lucy» es el decimosexto trabajo como director de Monsieur Besson, lo cual sitúa aquella temprana declaración de intenciones en un grado de falsedad que llega ni más ni menos que al 160% de pureza. Ni Heisenberg.
El filme usa el bombardeo porcentual como uno de sus principales rasgos identificativos, y su premisa es tan sencilla como prometedora. El ser humano solo usa el 10% de su cerebro... hasta que aparece Scarlett Johansson y en un giro inesperado de guion, decide explotar sus atributos neuronales. En toda su plenitud. Vaya... No hay que temer, pues las neuronas también son sexies y, faltaría más, peligrosas. Luc Besson recupera a sus queridas mujeres guerreras, y de paso buena parte de su mejor tono.
Vuelve a primar la exhibición más fastuosa, y con ella, esa encomiable voluntad de llevar el cine-espectáculo europeo al primer nivel mundial. Se desvanece, de paso, la vagancia característica en la que la marca Besson se había acomodado a lo largo de estos últimos años. Motivo de peso para la celebración. Y esto es precisamente «Lucy»: un fiestorro para los sentidos en el que la ciencia-ficción prescinde alegremente de su primer componente para una igualmente divertida reivindicación de la historia clásica de superhéroes... bañada en electrizante delirio al más puro estilo manga.
Es una tontería, sí, y tiene muchas decisiones excesivamente arriesgadas, pero cumple en muy satisfactorio porcentaje, y todo en ella (desde su elegancia formal hasta los toques de humor absurdo/salvaje, pasando por las pecas de Morgan Freeman y el cráneo gigantesco de Choi Min-sik) está enfocado hacia la misma dirección: una evasión adrenalínica en constante expansión. El descontrol es la meta y el camino a la vez... y entre tanto ruido, imagen digitalizada y curva cerebral, se agradece, por fin, el que Luc Besson nos mintiera tan descaradamente.
En estos menesteres sigue enfrascada la entonadísima pareja Jonah Hill & Channing Tatum. En «Infiltrados en la universidad», los agentes Schmidt y Jenko prolongan la farsa en que se ha convertido su vida. El deber manda: una nueva droga corre entre los estudiantes del campus y toca mandar a dos policías encubiertos para poner fin a tal crisis. En resumen, lo mismo que en la antecesora «Infiltrados en clase» (desternillante adaptación para la gran pantalla de la televisiva «Jóvenes policías»), pero con más presupuesto.
De la reflexión se encarga Nick Offerman en la propia película. Primera pista, y regodéense los pedantes. Esto es posmodernidad y lo demás son tonterías. El producto (hecho a base de otros productos) convertido en monstruo con una autoconciencia que asustaría... si no fuera tan divertida. Para entendernos, de lo que se trata aquí es de jugar endiabladamente con cuantos más géneros mejor: por el gusto a la cinefilia, a la (auto)parodia y, faltaría más, a la carcajada.
Como con Seth MacFarlane, pero con mucho más sentido y consistencia. La sustancia principal, pedorra y de altísima graduación etílica, nos dibuja un spring break orgiástico, violento y malhablado... pero la juerga está programada y llevada con una inteligencia y un conocimiento de causa pasmosos. ¿Es una película de universidad? ¿Una de acción? ¿;Una buddy movie? ¿Una romántica? ¿Una de polis? Es todo esto, con el denominador común de la comedia más fresca e irreverente, capaz de convertir el sinfín de clichés en los que se apoya, en un arma letal que no tiene nada de doble filo.
Importante: dirigen Philip Lord y Chris Miller, reyes del referencialismo más rabiosamente moderno; genios de ese complicadísimo arte consistente en hacer reír. Su firma exige siempre la avalancha de gags, pero sorpresa, estos encajan como en las mejores construcciones de Lego. Por cierto, este es el momento ideal para ver y/o recuperar todos sus trabajos. Puede que algunos de estos hayan caducado mañana mismo, pero hoy; ahora, el colocón que producen es demasiado potente como para negarle el beneficio de la primera consumición. Ni Hesienberg...
Ficha
T. Original: «Lucy».
Dirección y guion: Luc Besson.
Intérpretes: Scarlett Johansson, Morgan Freeman, Choi Min-Sik, Amr Waked, Analeigh Tipton, Claire Tran.
País: Estado francés, 89 m.
Ficha
T. Original: «22 Jump Street».
Dir.: Phil Lord y Chris Miller.
Guion: Michael Bacall, Rodney Rothman, Oren Uziel, Jonah Hill.
Intérp.: Jonah Hill, Channing Tatum, Ice Cube, Wyatt Russell, Amber Stevens...
País: EEUU, 112 m.

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