Víctor ESQUIROL
Zinema kritikaria
Udate

París-Londres: Solo ida


Si las paredes de esa casa pudieran hablar... Y si pudiera hacerlo la verja de aquel jardín... Por no hablar de las puertas de aquel coche... Contenedores insaciables de historias, todos ellos. Porque la providencia los ha puesto ahí como testigos privilegiados, y también porque su ubicación, estructura y propia naturaleza han condicionado todo lo que ha sucedido en su interior. El lugar, no cabe duda, puede ser también un catalizador; incluso un personaje. Un ser que reacciona a los estímulos y que por ende, causa otros muchos más.

La carrera de Steven Knight como guionista da buena fe de ello. El autor de te textos como los de «Promesas del este» o «Negocios ocultos» ha tenido en Londres uno de sus mejores aliados. La turbiedad con la que suele bañar sus relatos solo podía darse en la capital británica, y solo ahí podía encontrarse esa oscura elegancia que a la postre suma tanto magnetismo a tan estimables películas... Hasta que el escritor quiso más y probó suerte con algo más grande. Y a lo grande. El año pasado marcó el inicio en la dirección, por duplicado, de uno de los talentos cinematográficos más prometedores con los que ahora mismo cuenta Gran Bretaña.

A la interesante pero titubeante «Redención» la siguió inmediatamente la realmente notable «Locke», que toma el título de su protagonista, cuyo carácter ficticio es más que cuestionable. Se trata de Ivan Locke, un ingeniero que se dirige a Londres (estaba escrito) en su vehículo, y que durante el trayecto intenta que su vida no se derrumbe hasta los cimientos en un abrir y cerrar de ojos. Atípica road movie de planteamiento teatral clásico, se trata de un intenso, estiloso y asfixiante drama presentado en tiempo casi-real y en continuo movimiento estático. Un hombre (Tom Hardy, uno de los actores más bestialmente terroríficos de nuestros tiempos), una autopista, un manos-libres... y un coche.

Si esos neumáticos pudieran hablar... Y lo hacen. El lugar, ya lo ven, es por lo menos una excusa del todo necesaria. La economía de elementos se diluye mágicamente en un virtuosismo formal que, lejos de cargar, hipnotiza por su atípica capacidad para calibrar la deformación, logrando así que la realidad se transforme, de manera natural, en sueño (o pesadilla). Las luces artificiales desenfocadas y los retrovisores que nos descubren ángulos imposibles se acoplan como elementos imprescindibles de una narración sólida, grave y lo suficientemente inteligente como para reivindicar, de paso, una voz potente; con personalidad, y que todos los que profesamos adoración por este arte tendríamos a bien prestarle atención.

El caso de Pierre Salvadori, a pesar de algún punto en común con el de Mr. Knight, se salda con un balance mucho más pobre. «En un patio de París», a pesar de ser una traducción algo chapucera (qué raro) del original «Dans la cour» (simplemente, «En el patio»), se corresponde bastante con las intenciones del autor. El escenario es, de nuevo, algo más que un espacio ocupado. Hablemos de la ciudad del amor, de acuerdo, o simplemente de sus patios interiores, descuidados, viejos, oscuros.

Salvadori usa el entorno a modo de condicionante ruin. Se sirve de él según la dirección desde la que sople el viento, y así todos los demás elementos salen perjudicados. Un viejo rockero de salud precaria (a nivel físico-sentimental) encuentra trabajo como conserje en un bloque de pisos de burguesillos, a cada cual más loco. Las fricciones entre personajes hacen el amago de despertar sonrisas... pero a los pocos minutos lo único que se concreta son los bostezos. Culpa de un director sumido en la deriva más desesperante, así como en su incapacidad por admitir que no va a ninguna parte.

Imposible hablar de la locura de la decadencia de una manera más sosa; imposible sacarle menos jugo a un reparto en el que ni Catherine Deneuve brilla. Inconcebible. Normal que cuando se eche mano de la voz en off en el tiempo de descuento, ya esté todo perdido. Para aquel entonces, no es que Salvadori ate cabos sueltos, es que intenta tapar brechas irreparables. Y todo esto sucede en París, esa ciudad en la que de repente parece que jamás haya brillado el sol. Así de gris; así de triste; así de agónico.

Ficha

T. original: »Locke».

Dirección y guion: Steven Knight.

Int.: Tom Hardy, Olivia Colman, Ruth Wilson.

País: Gran Bretaña y EEUU, 85 m.

Ficha

Tit.: «En un patio de París».

Tit. original: Dans la cour.

Dirección: Pierre Salvador.

Guion: Pierre Salvadori, David Léotar.

Int.: Gustave de Kervern, Catherine Deneuve, Féodor Atkine, Pio Marmaï, Michèle Moretti, Nicolas Bouchaud.

País: Estado francés, 97 m.