Raimundo Fitero
DE REOJO

Hitos


Por razones de índole geo-estacional solamente capto la emisión internacional de TVE. Lo hago fugazmente y por castigo. También he de reconocer porque normalmente me dan medio hechos estos encuentros en este rincón. Por supuesto vamos a hablar de política, es decir de deportes, o de la manera que en la sede audiovisual de la banda de Rajoy intentan convertir cualquier acto deportivo en una gesta, un hito, una mercancía de españolidad y de patriotismo barato. Y no crean que solamente es el fútbol el que les da la oportunidad de hacer el ridículo, no, lo último ha sido en algo tan poco comercial como la natación femenina, aunque sea en una competición europea.

Una de las nadadoras actuales que corren bajo la bandera rojigualda, es una catalana llamada Mireia Belmonte. Una gran campeona. Una gran competidora. Una chica simpática, telegénica, muy trabajadora y que realizó, de verdad, una gesta, un hito. En una jornada corrió en tres finales. En la primera obtuvo la plata; en la segunda a tres minutos de acabar la primera, agotada, quedó última y a las pocas horas en una prueba colectiva, el equipo quedó séptimo. Realmente una hazaña. Lo que hizo entre la primera y la segunda prueba puede considerarse una inconsciencia, un gesto. El equipo de locutores de TVE glosaron, enaltecieron a la nadadora, y el supuesto especialista dijo con rotundidad que no había sucedido nunca y que no sucederá nunca más algo de estas características.

Probablemente por ignorancia, pero seguramente por espíritu navideño y pasteurizado no quiso él, ni TVE señalar que una nadadora húngara, Katinka Hosszu, compitiendo con la catalana en las mismas pruebas logró dos oro y un bronce. Es decir no es que se esforzó, compitió en tres pruebas, sino que tocó metal en las tres. Hitos de mujeres deportistas que deben celebrarse, pero se debe señalar todo. No solamente lo que interesa.

Y esto no es un lapsus, es una estrategia. Si acaso quedaban dudas, han nombrado jefe de informativos deportivos a Julián Reyes, que estaba apartado por ser el que mandó ocultar los silbidos al suegro de Urdangarin en aquella famosa final de copa que enfrentó a Athletic y Barça. Por algo será.