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La casa por los cimientos

Solo Barcelona y Valencia mejoran el rendimiento defensivo de los azulgranas, que rentabilizan al máximo sus goles. Gaizka Garitano mantiene la zaga de los dos últimos años, salvo el lateral izquierdo.

Dos victorias, dos empates y dos derrotas. Ocho puntos en seis jornadas, habiéndose enfrentado a cuatro equipos europeos. Los números del Eibar en su estreno en Primera superan las mejores expectactivas y mantienen al equipo alejado de posiciones de peligro.

Pero si hay una cifra que destaca por encima de todas, y que de hecho cimenta al resto, es la que se refiere al rendimiento defensivo de los azulgranas. Con cuatro goles encajados en estos seis partidos, solo Barcelona -que parece decidido a batir todo tipo de récords y mantiene su portería inmaculada- y, a duras penas, Valencia han encajado menos goles que el Eibar, que ha conseguido así rentabilizar al máximo sus cinco goles (1'6 puntos por gol).

Eso, pese a tratarse, contraviniendo los tópicos, de un equipo que acostumbra a plantear los partidos de forma ambiciosa. Exceptuando la segunda parte frente al Villarreal, cuando el empuje del cuadro castellonense encerró a los azulgranas en su área, y la visita a San Mamés, donde sí se vio a un Eibar voluntariamente más contenido, el equipo azulgrana ha afrontado todos sus encuentros con la vista puesta en la portería contraria. De hecho, pese a sus limitaciones goleadoras, solo el Deportivo y el Athletic se han librado de encajar frente a la escuadra armera.

No quiere decir que el Eibar rehúya sus obligaciones defensivas. Si hay un equipo que conoce la importancia de comenzar la casa por los cimientos es el guipuzcoano, consciente de que su falta de pólvora le obliga a rentabilizar los goles. Un buen portero, una buena zaga, la solidaridad de sus compañeros y una concentración a prueba de bombas convierten habitualmente al Eibar en un equipo muy difícil de batir. Ya lo fue el año pasado, cuando, indudablemente, basó su impensable éxito en su rendimiento defensivo: apenas encajó 28 goles en 42 jornadas (0'66 por partido), ocho menos que el segundo equipo menos goleado, el Deportivo.

Una línea que quiere mantener ahora, con un equipo muy parecido al que firmó esos números, y que intenta convertir en virtud uno de sus defectos. Garitano sigue apostando por los hombres que han protagonizado los dos ascensos consecutivos, con muy escasas variaciones. A las siete posiciones que van de la portería al doble pivote, la pasada temporada solo se sumaron dos novedades en la formación habitual respecto a la campaña anterior. Raúl Albentosa, indiscutible en el centro de la zaga, y Lillo, que se reparte los minutos con Eneko Bóveda en banda derecha. Con el salto a Primera, la variación ha sido aún menor: a la espera de la evolución de Didac Vilá, Abraham Minero se ha hecho con el lateral zurdo, que durante los dos cursos anteriores había pertenecido prácticamente en exclusiva a Yuri. Curiosamente también es la que más quebraderos de cabeza está generando a su técnico, por los problemas físicos de ambos, que incluso han forzado la presencia de Lillo en la banda zurda.

Xabi, Bóveda, Navas, Errasti y Dani García formaban parte del once de gala en Segunda B y siguen haciéndolo ahora. Todos ellos, al igual que Albentosa y Lillo -el lateral alicantino llegó a debutar pero, como sucede con Bóveda, su curriculum es prácticamente testimonial en la máxima categoría-, sin experiencia en Primera, un valor muy apreciado y del que en la zaga azulgrana solo pueden presumir Abraham y Didac. Pero si no conocían la categoría, se debe en buena medida a que han defendido los colores del Eibar estas últimas campañas. Llevan al menos dos años trabajando juntos -más en el caso de Xabi y Bóveda- y a las órdenes del mismo entrenador. Se conocen, como conocen las virtudes y los defectos propios y de sus compañeros, lo que funciona y lo que no. En definitiva, todas las piezas encajan, circunstancia especialmente importante en cuestiones defensivas, para el perfecto funcionamiento del motor.

De momento, esa experiencia conjunta está pesando más que la inexperiencia de los zagueros azulgranas.

El equipo regresará mañana al trabajo

El Eibar descansará hoy y será mañana cuando empiece a preparar en Agorrosin (10.30) la visita del Levante. Además de la de Didac Vilà y Manu del Moral, Gaizka Garitano cuenta con la duda de Saúl para el choque. El asturiano, que se retiró del derbi a un cuarto de hora del final, sufre problemas en el recto interno que, como mínimo, le obligarán a trabajar al margen un par de días.