Solo queda el consuelo de la imagen
La inmensa profundidad de banquillo madridista fue demasiado para GBC que, pese a todo, se mantuvo en la pelea hasta el 62-71.

GIPUZKOA BASKET 76
REAL MADRID 90
No se le puede pedir mucho más a Gipuzkoa Basket. No, al menos, ante un Real Madrid que tiene los recursos por castigo. Si en el primer cuarto entre Jaycee Carroll y Sergi Llull contrarrestaban el gran arranque local focalizado en Dean y Hanley, Pablo Laso se podía permitir el lujo de olvidarse de ellos en el tercer período, ya que Sergio Rodríguez o Kelvin Rivers ya se bastaban para abrir brecha. Y vuelta a empezar en la segunda mitad: minutos para Campazzo, amago de escapada y, a cinco minutos del final, ruptura definitiva. Y sin contar con Nocioni y con un Ayón cargado de faltas.
Definitivamente, los donostiarras y el Real Madrid juegan casi en ligas diferentes, por mucho que los de Jaume Ponsarnau mostraran mucho brío desde el salto inicial y no se dejaran intimidar por el sinfín de variantes merengues. Más aún, para alegría local, el tan temido bajón de rendimiento de la segunda unidad -Franch, Motos, Iarochevitch, Olaizola y Grimau-, no fue, ni de lejos, tan acusado como en el choque frente a Estudiantes. No obstante, la buena imagen fue el único premio que se pudieron llevar los guipuzcoanos. Los resultados deberán esperar a otro día.
Diversidad de anotadores
Aparte de su inmenso caudal anotador, al Real Madrid hay que reconocerle que llegó al Donostia 2016 Arena con los deberes hechos. Jared Jordan, uno de los más destacados del estreno liguero de GBC, aunque no jugó mal, se encontró con un marcaje muy vigilante, impidiéndole casi mirar a canasta y estrenarse hasta casi la recta final del tercer período. Asimismo, la batería de pívots madridistas también hizo un muy buen trabajo sobre Doblas, al que no le dejaron lucirse en ataque, amén de dominar el rebote claramente.
Así las cosas, Gipuzkoa Basket tuvo que diversificar más sus puntos, algo que consiguió. Salvo Huskic, el resto de jugadores donostiarras sumaron un mínimo de dos puntos, siendo Will Hanley y Taquan Dean los más incisivos anotadores. No obstante, cuando el Real Madrid, después de llegar al descanso con 37-46 a su favor, rompía en apariencia el duelo tras escaparse 45-63 -mostrando un gran acierto triplista: 13 de 23-, los de Jaume Ponsarnau reaccionaron de la mano de Josep Franch y un Dani Díez muy motivado ante su equipo. Ni siquiera el triple desde casi media cancha del Chacho Rodríguez hizo desesperar por completo al cuadro local, que llegó al cuarto final con alguna remota opción de dar la campanada: 58-69.
Gipuzkoa Basket se mantuvo a una distancia salvable hasta que los de Pablo Laso apretaron a última hora. Iarochevitch establecía el 62-71, pero un triple de Sergio Rodríguez, un «dos más uno» de Maciulis, una canasta de Reyes tras rebote y una suspensión de media distancia de Jaycee Carroll rompían el partido, ahora sí, para siempre.
La escuadra donostiarra, con todo, no dejó de intentarlo, sobre todo de la mano de Hanley. La derrota fue inevitable, pero quedó el consuelo de la imagen.
«Estoy satisfecho pero no contento»
La buena cara ofrecida ante el Real Madrid satisfizo a Jaume Ponsarnau. «Pero queríamos ganar», reconoció, igual que se lamentó de cierta «falta de dureza» para impedir frenar los «momentos de lucidez» madridista.
«Hemos sido un poquito más consistentes y siempre hemos sabido a qué jugar, a diferencia del partido ante Estudiantes. Eso sí, defensivamente tenemos muchos y claros puntos de mejora. El equipo le ha echado corazón, pero no hemos sabido tener la necesaria dureza, usando las faltas adecuadamente para no dejar que el partido entrase en esos ritmos», dijo. «Estoy satisfecho, pero no contento», remachaba.
Por su parte, tampoco estaba tan contento Pablo Laso pese a la victoria de los suyos, sobre todo por la «falta de consistencia defensiva» que echó de menos en su equipo.
«Estos partidos hacen que el entrenador se fije en los aspectos negativos. Nos ha salvado el acierto en el triple y el rebote. Pero no hemos dominado lo suficiente el ritmo, ni hemos tenido la consistencia que quería en defensa», declaró.
A. G.
Jason Robinson hace que el CAI se estrene
Horas antes de que Gipuzkoa Basket disputase su primer encuentro liguero en Illunbe, un ex de la escuadra donostiarra mostraba su carta de presentación. Una canasta sobre la bocina de Jason Robinson otorgaba la primera victoria del CAI Zaragoza, lograda por 66-67 en la cancha del Iberostar Tenerife. La jornada liguera se cierra mañana a las 21.00, con el duelo entre Manresa y Barcelona.
Bilbao BSR se estrena con victoria
Bilbao BSR sumó el primer triunfo de la temporada en su primer partido. Los vizcainos se impusieron por 44-52 a Clínicas Rincón Amivel, rompiendo una mala racha de cinco visitas consecutivas saldadas con derrota, dominando además el partido desde el arranque, hasta el punto de llegar al descanso con una cómoda renta: 17-29. Asier García fue el MVP del partido con 17 puntos.

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