Los mercados europeos experimentaron ayer el efecto gaseosa con la intervención de Mario Draghi tras la reunión del BCE. El alborozo llegó cuando revelaba que existe unanimidad entre los miembros del consejo para hacer todo lo necesario en favor del crecimiento y la extensión del crédito. De repente, todas las gráficas dieron un salto vertiginoso, dado que previamente se habían ventilado en los medios de comunicación suspuestas fricciones entre los partidarios del presidente y los de Alemania. Pero, poco más, ya que en el discurso repetía su voluntad de apoyar con los programas en marcha a la economía e insistía en la necesidad de seguir adelante con las reformas. Media hora después de sus palabras, el Ibex alcanzó el máximo de la sesión, para derrumbarse a continuación hacia la zona de mínimos. El Ibex cerró con un descuento del 0,15%, hasta los 10.261,80 puntos. El efímero trampolín de la intervención del presidente del BCE le había empujado hasta los 10.454 puntos. En Europa, todos los índices pudieron acabar en verde. Fráncfort, que fue el mejor, subía un 0,66%, sin sentirse amenazado por los estímulos no convencionales previstos por el BCE y contrarios a la postura alemana. También París (+0,46%) y Londres (+0,18%) se mantuvieron con ganancias hasta el final. En el Ibex, Banco Sabadell (-2,22%), Caixabank (-2,22%) y Bankinter (-1,77%) sufrieron más la presión vendedora. En París, Crédit Agricole (-5,79%) fue vapuleado tras presentar sus resultados, mientras que Technip (+4,46%) y Cap Gemini (+4%) lideraron a los ganadores.