Mikel INSAUSTI
Zinema kritikaria
CRíTICA: «Justi & Cia»

Dos cobardes hacen un valiente

Serán los sociólogos los que tengan que analizar la razón por la que las historias de venganza violenta y de justicieros están inundando las pantallas cinematográficas, incluso con más fuerza que en los años 80. Inspiran no solo a los que hacen thrillers comerciales, sino también ya a las producciones independientes o de bajo presupuesto, por lo que no es de extrañar que el debutante Ignacio Estaregui haya escogido esta modalidad para plasmar su protesta reivindicativa, una vez que se viera despedido junto con el resto de compañeros de la empresa audiovisual en la que trabajaba. Al parecer un premio en un concurso televisivo fue lo que le ayudó a poner en pie el proyecto.

«Justi & Cia» pretende ser una reformulación de ese intermitente cine social que ha ido desgranando con cuentagotas títulos como «Pídele cuentas al rey» o «Los lunes al sol», fundiéndolo con los géneros más diversos. Además del thriller de justicieros, están la película de carretera o la buddy movie con pareja compuesta por tipos antitéticos. Hay una diferencia generacional entre los dos protagonistas, pero sobre todo física, porque el actor de origen armenio Hovik Keuchkerian es un gigantón, más aún al lado de alguien tan pequeño como el recordado Álex Angulo. Juntos forman un dúo quijotesco, dispuestos a combatir las injusticias que se vayan encontrando por el camino. El minero que perdió a los suyos en un accidente laboral comparte así aventura con el jubilado solitario y exalcohólico que no tiene nada que perder.

La ópera prima de Ignacio Estaregui se queda poco menos que en su enunciado, al no desarrollar el prometedor diseño de personajes a través de situaciones con verdadero contenido crítico. Más parece una película surgida de un guion para un cortometraje, y es que el argumento no da para mucho. Es el típico ejemplo de una buena declaración de intenciones que se queda simplemente en eso, sin provocar en el público otras reacciones que las de la lógica simpatía por un trabajo hecho al margen de la industria, y que por algo se hizo merecedor a apoyos totalmente desinteresados.