Natxo MATXIN
Osasuna Quinta jornada sin ganar ni marcar

Naufragio rojillo bajo el temporal

Los de Jan Urban se vieron ahogados por la presión de un rival que supo aclimatarse mucho mejor a las condiciones del terreno de juego y que dispuso de las mejores ocasiones. Los rojillos apenas llegaron al área rival, pero les fue escamoteado un penalti en el 86.

MIRANDÉS 1

OSASUNA 0

Esta vez bajo una intensa lluvia, Osasuna volvió a naufragar en lo deportivo ante un Mirandés que supo acomodarse a las difíciles condiciones de Anduva, que agobió a los navarros con su presión y que dispuso de las mejores oportunidades, mereciendo con justicia la victoria. Los de Urban, hundidos en la clasificación -hoy podrían caer a puestos de descenso-, sin poder de reacción y, lo que es más preocupante, sin mostrar ideas ni fútbol que den lugar a esperanza ninguna.

Con la derrota en tierras burgalesas, la escuadra navarra suma su quinta jornada sin ganar y sin marcar, lo que da una idea de la situación de encefalograma plano en la que se encuentra. El cuadro rojillo solo despertó a raíz de encajar, con unos minutos de más corazón que cabeza, sin firmar ni una sola ocasión razonable -Razak fue un mero espectador-, pese a lo que incluso pudo empatar si Pizarro Gómez hubiese pitado el clarísimo penalti sobre Cedrick.

Y eso que Osasuna trató de salir mandón al cada vez más encharcado Anduva, empujando al rival a sus propios dominios, enlazando medio campo y delantera, y llegando al área contraria, aunque sin conseguir verdadero peligro. Poco duraron las intenciones de la escuadra navarra que, poco a poco, fue siendo superada por unos anfitriones que se amoldaron mejor a las complicadas condiciones del terreno de juego y a mostrar su mayor poderío físico.

Los de Jan Urban, en cambio, se debatían entre jugar al toque, lo que generó pérdidas peligrosas, u optar por el envío largo -pero impreciso-, en el que ni Ansarifard ni Kodro -a Nino no se le puede pedir ese trabajo- las olieron. El Mirandés, por contra, sí que supo sacar partido, aunque todavía no se reflejase en el marcador, del juego directo, con un Urko Vera incontrolable para la defensa rojilla.

De algunas caídas suyas llegaron las coladas por banda y remates desde la frontal del área de los locales, que bien se pudieron ir al descanso con una ventaja, al menos, por la mínima. Lo impidió un Santamaría inspiradísimo y muy bien colocado bajo palos en todo momento. El inquieto Igor Martínez, el incisivo Álex García y el ya mencionado Urko Vera fueron quienes pusieron a prueba los nervios del cancerbero navarro. La más clara para los burgaleses, un remate de cabeza a bocajarro a la salida de un corner que sacó en la línea de gol y un posterior rechace. Osasuna, mientras tanto, no generaba ninguna ocasión clara en el primer periodo.

Gol y penalti

Las tendencias se acentuaron tras el descanso, con un Mirandés que se adelantaba a todos los balones, ganaba segundas jugadas e impedía que los navarros saliesen de su campo con el balón controlado, un esférico que no les duraba nada en su poder. Era cuestión de tiempo que los anfitriones comandasen el marcador y ello ocurrió en una nueva colada de Igor Martínez y el buen hacer de Urko Vera, al que la defensa rojilla incluso le permitió controlar con la cabeza, todo un detalle.

Necesitaron los de Urban ir por detrás en el electrónico para que se viera si no su mejor cara, sí por lo menos una actitud que debiera ser obligada en una plantilla de sus características. En todo caso, el mayor control de la pelota de los visitantes tampoco se transformó en oportunidades como para hacer pensar en el empate. La única, la jugada del penalti sobre Cedrick, que solo el trencilla no vio. Una decepción más que algo más de un millar de aficionados vivieron in situ.