Ion SALGADO GASTEIZ
Día Internacional de los derechos humanos

Etxerat pide en la calle hechos contra una política con miles de afectados

En el Día Internacional de los Derechos Humanos, Etxerat instó a partidos e instituciones a trabajar para poner fin a la dispersión penitenciaria. Con tres cadenas humanas en Gasteiz, Iruñea y Baiona, reivindicó un «compromiso activo para que se dejen de vulnerar sistemáticamente» los derechos humanos de los presos vascos. «Exigimos palabras y hechos porque un porcentaje altísimo de la ciudadanía tiene conculcados sus derechos más básicos», manifestaron.

Etxerat exigió ayer «hechos y compromisos concretos» a las instituciones, a los partidos y a los agentes sociales para que «se dejen de vulnerar sistemáticamente» los derechos de los presos y presas vascas. «Exigimos hechos y palabras porque un porcentaje altísimo de la ciudadanía vasca tiene conculcados sus derechos más básicos», destacaron Maider Alustiza y Urtzi Errazkin ante los medios congregados frente al Parlamento de Gasteiz, donde finalizó una cadena humana contra la dispersión. La iniciativa, con motivo del Día Internacional de los Derechos Humanos, se reprodujo en Iruñea y en Baiona.

Los portavoces de la asociación de familiares y amigos de presos vascos recordaron que la ciudadanía vasca lleva «muchísimos años» sufriendo una legislación de excepción, diseñada por los gobiernos español y francés, que vulnera «conscientemente los derechos humanos». «La política de excepción que se aplica a nuestros familiares y que nosotros sufrimos es el mejor ejemplo», afirmaron tras señalar que «los responsables de las vulneraciones de derechos humanos que sufrimos son los estados, que en vez de ser garantes de los mismos los vulneran mediante leyes o mediante trampas a la ley».

En este sentido, denunciaron que el Estado español es «experto en trampas para vulnerar los derechos humanos, en la ingeniería jurídica para burlar la ley», tal como evidencian las medidas diseñadas por el PP para tratar de prolongar las penas de los represaliados vascos. Este martes el parlamentario de EH Bildu Julen Arzuaga auguró que el «nuevo fraude legal» del Gobierno Rajoy para «prolongar» las condenas de los presos «fracasará» al final como lo hizo la llamada «doctrina Parot».

A juicio de Alustiza y Errazkin, la actitud de Madrid y París pone de manifiesto que la «situación es extremadamente grave y son necesarios pasos firmes y efectivos para terminar con estas conculcaciones sistemáticas». «Por ello realizamos un llamamiento a las instituciones para que estén a la altura; para que se comprometan a respetar los derechos humanos y pongan encima de la mesa soluciones. Es tiempo de compromiso, porque una gran parte de la ciudadanía vive con sus derechos humanos vulnerados», añadieron.

El obispo Gaillot, en Baiona

También recordaron que este año la dispersión penitenciaria ha provocado un accidente de tráfico cada 36 días. Esta cifra agrava la constatación de que la decisión de alejar a los represaliados -el 42% está encarcelado a más de 800 kilómetros de su hogar- supone un castigo enorme para las familias de los mismos, que cada fin de semana se ven obligados a realizar miles de kilómetros para visitar unos minutos a sus seres queridos.

Denunciaron además la situación de los presos gravemente enfermos. A este respecto, citaron la última agresión sufrida por Ibon Iparragirre en la prisión de Alcala Meco (Madrid), donde fue golpeado por un preso social por negarse a darle un cigarro y trasladado al Módulo 6 sin pasar por la enfermería. «Sucesos como este ponen de manifiesto que ni Ibon ni ningún preso enfermo puede seguir en la cárcel ni un minuto más. Se está vulnerando conscientemente su derecho a la salud», lamentaron.

Según explicaron, durante las últimas décadas «se ha vulnerado el derecho a la familia, el derecho a la salud, el derecho a la intimidad... se vulneran incluso los derechos de los niños». «Por eso en el Día Internacional de los Derechos Humanos exigimos responsabilidad a las instituciones. [...] Compromiso activo para que dejen de vulnerar sistemáticamente los derechos humanos», concluyeron.

Esta petición resonó ayer por la mañana en las calles de Gasteiz, donde cientos de personas agarraron los pañuelos blancos de Etxerat para crear una cadena humana que unió la Delegación del Gobierno español, situada en el Paseo de Fray Francisco y el Parlamento autonómico, ubicado junto al parque de La Florida. En Iruñea 200 personas rodearon el Paseo de Sarasate para reclamar, una vez más, el fin de las medidas de excepción, mientras en Baiona una cadena tomó forma desde el Ayuntamiento hasta la casa de René Cassin, inspirador y redactor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Pese a que el mensaje de Etxerat estaba dirigido a los todos los partidos, en las cadenas de Hego Euskal Herria solo se dejaron ver cargos políticos de EH Bildu. Por ejemplo, en la cadena de la capital alavesa participaron varios parlamentarios de la coalición, entre los que se encontraba el presidente de Sortu, Hasier Arraiz, y cargos locales; mientras que a la cadena de Iruñea asistieron el presidente de honor de Aralar, Patxi Zabaleta, el portavoz de Sortu, Txelui Moreno, y el candidato de EH Bildu a la presidencia del Gobierno de Nafarroa, Adolfo Araiz, entre otros.

En la cadena de Baiona, por contra, estuvieron presentes el obispo Jacques Gaillot, Marie-Christine Aragon (PS) y Serge Nogues (NPA).

Críticas a UPN, PSN y PPN

Los participantes en la cadena de Iruñea, que, al igual que en Gasteiz y Baiona, estaban unidos por los pañuelos blancos de Etxerat, denunciaron que la política de dispersión lleva más de 25 años en vigor castigando a presos y allegados. «Levamos muchos años sufriendo esta legislación», subrayó la coordinadora de Etxerat en Nafarroa, Gloria Rekarte, que compareció ante los medios de comunicación junto a Xabier Otegi, familiar de un represaliado.

En su intervención, Rekarte censuró la postura de UPN, PSN y PPN, que se han negado a que los familiares y amigos de los presos vascos puedan dar cuenta de su dolor en el Parlamento de Nafarroa. A su juicio esta decisión representa una «seria irresponsabilidad».

Sare da el primer paso para celebrar la marcha de enero

Joseba Azkarraga y Teresa Toda, ambos miembros de Sare, entregaron ayer -Día Internacional de los Derechos Humanos- la solicitud para poder celebrar la manifestación del próximo 10 de enero, que espera reunir a decenas de miles de personas en las calles del centro de Bilbo, donde se defenderán, un año más, los derechos humanos de los presos vascos. La marcha, que partirá a las 17.30 bajo el lema «Now Euskal Herrira», incidirá en el fin de la dispersión.

En este sentido, Toda señaló que desde Sare consideran que se está dando una grave vulneración de los derechos de los represaliados, que padecen las medidas de excepción impuestas por los gobiernos español y francés. «Nos tenemos que unir para cambiar esta situación, porque los presos y sus familias tienen derechos», añadió la periodista tras anunciar que la manifestación será silenciosa.

Por su parte, el exconsejero del Gobierno de Lakua mostró su esperanza en que nadie trate de impedir la celebración de una manifestación «pacífica, democrática y silenciosa». El año pasado agentes políticos y sindicales organizaron una marcha alternativa después de que el juez Eloy Velasco prohibiera un acto de Tantaz Tanta. I.S.

Zabala pide reconocimiento oficial para todas las victimas

La hermana de Joxi Zabala, Pili Zabala, denunció ayer que las víctimas de la violencia estatal continúan a la espera de ser reconocidas «de manera oficial». «El olvido es el desprecio más duro cuando se hace forma consciente», relató antes de recibir de manos del lehendakari el premio Derechos Humanos René Cassin 2014. Un galardón, concedido a 41 víctimas de organizaciones armadas y de la violencia estatal, con el que Ejecutivo jeltzale quiere reconocer la participación de estas personas en el módulo Adi-adian, en el programa Víctimas Educadoras y en la experiencia Glencree.

En su intervención, Iñigo Urkullu señaló que el premio René Cassin «reconoce la lucha por la vida de cada una de las víctimas. Una lucha anónima, desconocida, constante, que se libra y se labra día a día. A pesar del zarpazo destructivo sufrido, cada víctima enfrenta una tarea constructiva por sacar adelante su familia; por continuar con su trabajo, sus amigos, sus ideas y por seguir buscando el sentido de la vida. Han transformado una vivencia traumática en una experiencia de vida educación y convivencia».

Tras subrayar que el ejemplo de estas víctimas demuestra que la «vivencia del sufrimiento, provocado e injusto, no lleva necesariamente al rencor, el odio o la venganza», el inquilino de Ajuria Enea destacó que los premiados han demostrado que es posible «confluir, colaborar y convivir». «La sociedad y la política estamos siendo interpelados. No hay excusas. Nuestra obligación es encontrar los mínimos de acuerdo que nos permitan confluir, colaborar y convivir», explicó ante los congregados, entre los que no se encontraba ningún representante del PP ni de UPyD.

Asimismo, Jaime Arrese, cuyo padre perdió la vida en una acción de los Comandos Autónomos Anticapitalistas, defendió la construcción de un «nuevo futuro», basado en la convivencia. En este sentido, el secretario de Paz y Convivencia, Jonan Fernández, afirmó que «para construir la plaza pública de la memoria debemos ser consecuentes con los derechos humanos, no solo mirar al presente y al futuro, sino mirar también al pasado».

Al acto de entrega, celebrado en Lehendakaritza, asistieron Iñaki Aguiriano, Edurne Brouard, Sara Buesa, Karmen Galdeano, Carmen Ilarramendi, Mikel Paredes, José Goikoetxea y Fernando Garrido, entre otras víctimas. I.S.