Que alguien mire a cámara y diga «no soy un mote ni unas tetas, soy bastante más», resume la descomposición de un modelo de sociedad que se ve reflejada en la televisión. ¿O es al revés? Un modelo de televisión que se refleja en la sociedad. La simbiosis interrumpida por un acontecimiento que se retroalimenta a base de una variable hermafrodita de la partogénesis en proyección infinita. Si escribo Isabel Mateos es como si hiciera un graffiti en la espuma del mar. En la próxima ola de audiencia desaparece, solamente puede resistir el paso de la medición de los audímetros deconstruyendo a la persona, para que del detritus aparezca el monigote de mercado, «La Pechotes».

Una mujer nacida a la televisión a la sombra de una sombrilla. Como la proyección visualizada de un fantasma, la consecuencia de un delirio o el aprovechamiento de una vejación. La presunta novia o mejor amiga de «El pequeño Nicolás», recibe su bautismo televisivo en un programa en constante deconstrucción, reconstrucción, destrucción y remodelación, «Un tiempo nuevo» que es la oferta de Telecinco para descomponer algo más el concepto de espacio con contacto tangencial con la realidad social y política. Un programa en aceleración por chequera, donde Sandra Barneda da imagen de pertenencia a una estirpe de camaleón televisivo.

Puede ser que exista una posibilidad de salvación fuera de la estulticia corrompedora de los modelos de ética y esfuerzo para lograr una personalidad y un oficio digno, pero por su mote o sus tetas, va a formar parte de la plantilla de otro programa de Telecinco comandado por la misma Sandra Barneda, «Hable con ellas», y las dotes curriculares de la desaparecida en la bacanal de la fama solamente se puede buscar en las insinuaciones de su promotor, ese joven Nicolás que amenaza con cintas de vídeo de contenido denunciable y perseguible de oficio. Todo puede ser un montaje, una manera abominable de crear audiencias, de convertir a un espectro de la noche y las discotecas de sonidos y actividades turbias en un modelo social colocada en los salones de estar de millones de adictos a la basura. Una muestra de la vanguardia artística del PP.