BENGOETXEA-ZABALA 22

ALTUNA III-MERINO II 19

Ya son varios, quizá demasiados, los años en los que a Oinatz Bengoetxea le ha tocado afrontar el Parejas sin un zaguero que le abra huecos o domine a su par, de ahí que el de Leitza haya tenido que adaptar sus cualidades y mentalizarse a sufrir en cada partido. Este año nada ha cambiado y ninguno de los dos compañeros que le han asignado ha sido capaz de romper el partido, tampoco se han desenganchado, de ahí que hayan tenido que sufrir y trabajar horrores para sacar adelante sus partidos, cosa que ayer volvieron a repetir, con idéntico resultado al del inicio del campeonato.

Sin un dominador claro y con un material bastante ligero, el partido que cerró la segunda jornada resultó bastante atropellado y con alternativas, decidido finalmente por la mayor experiencia y capacidad de agarrarse al partido de los de Asegarce. Comenzaron dominando los colorados, pero sobre todo por el calamitoso inicio de partido de un Merino que mostraba dudas en su derecha (7-3).

Sin embargo, el zaguero de Villar de Torre recuperó ese juego perdido en los meses previos y comenzó a gozar con ambas manos, lo que fue aprovechado por Altuna para comenzar a sumar tantos y darle la vuelta al marcador (9-14).

Múltiples variaciones

Sin embargo, tampoco los de Aspe tuvieron continuidad en su juego y no pudieron abrir una brecha definitiva. El otro debutante, Ibai Zabala, le vio la espalda constantemente a Merino, pero sabía ya desde el año pasado que sus opciones pasaban por minimizar sus errores y, una vez que lo consiguió, la igualdad se volvió a apoderar del marcador.

Fue en esa guerra de guerrillas cuando Oinatz Bengoetxea, que no cometió ningún error en todo el partido, tomó el mando de las operaciones. Con el saque-remate como principal arma y argumento, se convirtió en el protagonista de la fase decisiva del partido, consiguiendo la segunda victoria del campeonato, con lo que siguen como una de las tres parejas invictas.