Amaia U. LAGASABASTER
EIBAR La actualidad

Cinco alegrías en cuatro meses

A los azulgranas les basta con sumar quince puntos en la segunda vuelta para alcanzar su objetivo.

Las cuentas de la lechera no son recomendables, por peligrosas, pero cuando el margen es tan amplio como el que ofrece ahora mismo al Eibar, el temor se reduce. Y es que tras la espectacular primera vuelta que han firmado los azulgranas, solo quince puntos les separan de los 42 -la media de la última década es de 40'4- en los que, aproximadamente, se cifra la permanencia. Cinco victorias, cinco alegrías, a repartir en los cuatro próximos meses, separan al cuadro armero de un logro que no desmerece en dificultad de los que ha conseguido en las dos campañas previas.

Obviamente, el descalabro es una posibilidad que no hay que descartar. Echando un vistazo a lo sucedido en la última década, un 49% de los equipos obtiene menos puntos en la segunda vuelta que en la primera, un 47% mejora su rendimiento y solo un 4% clava sus números, obteniendo los mismos puntos en ambas vueltas. Como un cara y cruz, en definitiva. Resulta bastante más llamativo analizar la identidad de los equipos que han mejorado sus prestaciones en la segunda mitad del curso. Porque la mayoría se encuentran en la zona baja. Un 70% de los equipos que han reaccionado en la segunda vuelta en esta última década, se situaban en la mitad inferior de la clasificación en el ecuador de la Liga. Es decir, la lucha por la supervivencia resulta más motivante cuando la gasolina se va agotando que la pelea por objetivos bastante más atractivos. Aunque posiblemente también tenga que ver con que los descartes en la parte alta acostumbren a producirse antes, con lo que algunos contendientes pierden motivación, y por tanto intensidad competitiva, semanas antes de que concluya la temporada.

Pero aunque sea la parte baja de la tabla la que meta picante a la segunda mitad de la Liga, el Eibar no necesita preocuparse más de la cuenta: los vuelcos pueden contarse con los dedos de la mano. En la última década, ningún equipo que hubiera alcanzado los 27 puntos en el ecuador liguero ha acabado bajando. El mayor descalabro en ese sentido se lo llevaron el Hércules en la campaña 10/11 y el Zaragoza dos años después. Ambos completaron la primera vuelta con 22 puntos -y seis y cinco de ventaja, respectivamente, sobre el descenso- pero tras una segunda mitad de temporada desastrosa acabaron cayendo a Segunda.

Sí ha sido más habitual salir o entrar del descenso en la segunda vuelta, pero con diferencias más pequeñas de por medio. En la última década, de hecho, han sido más los equipos (17) que, ocupando posición de descenso en el ecuador liguero, que los que no han podido cambiar su destino (13). La mayoría con ventajas mínimas y apurando hasta la última jornada, aunque también ha habido saltos mayúsculos, como el del Mallorca en la temporada 08/09. En la 19ª jornada era 19º, con 14 puntos pero los 37 que sumó en la segunda vuelta le permitieron acabar la Liga en la novena plaza.

Velocidad de crucero

Los precedentes, por tanto, no descartan los apuros pero tampoco invitan a pensar en disgustos para el Eibar. Que cuenta con otro aval, aún mayor, para el optimismo: su trayectoria.

Sobre todo la última. El equipo azulgrana ha entrado en velocidad crucero. Y aunque sigue sin cumplir alguno de sus objetivos, como mantener su portería a cero -solo lo ha conseguido en cinco ocasiones-, suple esos defectos con nuevas virtudes como la pegada. Y, sobre todo, responde a la principal exigencia de su técnico, la competitividad. Eso le ha permitido entrar en una dinámica que le ha llevado a perder un solo partido en las siete últimas jornadas, en las que ha celebrado cuatro victorias e incluso cuando ha ofrecido su peor imagen, ha conseguido puntuar.

Hoy arranca la segunda vuelta para ellos. Consolidados en la octava plaza, ya no contarán con el factor sorpresa a su favor, pero tampoco sufrirán la presión de los que necesitan bastantes más que cinco alegrías para poder llegar a puerto.