Mikel INSAUSTI
Zinema kritikaria
CRíTICA: «Timbuktu»

Un canto a la libertad bereber a ritmo de «Tuareg boogie»

Actualmente se tiende a contextualizar las películas en demasía, lo que impide verlas en su atemporalidad, relacionándolas cada vez más con acontecimientos recientes. Las noticias que nos llegan sobre el islamismo están distorsionadas por la paranoia occidental, y de ahí que resulte tan importante conocer el punto de vista musulmán desde dentro, a través de alguien como el mauritano Abderrahmane Sissako, que tiene una visión in situ y de primera mano. A esa tan necesaria divulgación ayudará el que «Timbuktu» opte al Óscar de Mejor Película de Habla No Inglesa y a ocho premios César.

«Timbuktu» es una película neorrealista que desarrolla una narrativa costumbrista, con un rico anecdotario sobre el impacto en el medio rural de los conflictos armados que asolan a nivel interno países subdesarrollados como Mali. Sissako nos ayuda a entender desde fuera, ya que nunca nos acordamos de sus gentes salvo para espectáculos invasivos como el París-Dakar (interrumpido por cuestiones de seguridad), el peligro que representa para el modo de vida tradicional nómada o bereber la constante agresión de las milicias que alteran su tranquilidad cotidiana, imponiéndoles las normas y prohibiciones propias de su fanatismo religioso.

Que la suya es una mentalidad totalmente diferente a la nuestra se observa en el hecho de que esas restricciones son contempladas por Sissako con una ironía y humor subterráneos, que van con el estoicismo que provoca en su carácter milenario la pobreza ambiental. Los hombres y mujeres del desierto conocen el secreto de las bondades elementales, sabiendo encontrar en ellas su oasis existencial. Ahora se lo pretenden robar, y ese sentimiento de perdida lo vuelcan en su música. Nada más profundo en su sonoridad errante que el tuareg boogie, popularizado internacionalmente por el grupo Tinariwen, y que en la película es interpretado por la cantante marfileña Fatoumata Diawara, que suele colaborar en Mali con la gran Oumou Sangaré. También se liberan con ese fútbol sobre la arena, que se parece tanto al playero.