Mikel INSAUSTI
Zinema kritikaria
CRíTICA: «Red Army»

El equipo soviético que vivió el final de la Guerra Fría (1)

Cuando un documental consigue funcionar en la cartelera como lo harían otros estrenos de ficción es porque tiene algo especial que engancha al público. El cineasta de origen ucraniano Gabe Polsky acierta en transmitir la pasión por el hockey sobre hielo, deporte que ha practicado, y su historia. Pero va más allá, y realiza una crónica cautivadora sobre las estrategias deportivas y su relación directa con la política. Y no se anda con especulaciones, sino que aporta testimonios de primera mano, dejando que los verdadores protagonistas hablen y se desahoguen ante el micrófono, con confesiones que no pudieron hacer en su tiempo, por encontrarse comprometidos con la disciplina de equipo.

La primera parte de «Red Army» muestra la etapa gloriosa del entrenador Anatoli Tarasov, que fue como un padre para sus jugadores. Este buen hombre, apoyado en su fiel capitán Slava Fetisov, revolucionó el hockey sobre hielo con sus innovadores métodos de entrenamiento. Desarrolló en aquellos deportistas una sensibilidad artística e intelectual, por lo que practicaban el ballet o jugaban al ajedrez como actividades complementarias y enriquecedoras. Todo esto de nada hubiera servido sin un sinfín de ensayos tácticos, que llevaron a los integrantes de la selección soviética a un nivel de compenetración jamás visto sobre una pista de patinaje.

Las imágenes de archivo en las que se ve jugar a la armada invencible en las citas olímpicas de la década de los 80 sin encontrar rival para hacerse con el oro, son antológicas. Resulta admirable y emocionante a la vez la belleza que conseguían en sus jugadas, con una elegancia y una efectividad que, unidas, pasaron a ser el ejemplo del abc de la perfección suma en cualquier disciplina deportiva.

Para quienes conocemos el hockey sobre hielo a través de la memoria cinéfila todavía sorprende más el ver cómo el estilo de juego se impone a la fuerza bruta, pues Hollywood siempre nos había mostrado, con la comedia «El castañazo» como ejemplo máximo, el manejo del stick desde la perspectiva violenta de su utilización a modo de arma arrojadiza.