Seis semanas después de que arrancara la segunda vuelta, la situación del Eibar ha cambiado radicalmente, pero no lo ha hecho su objetivo, ni a corto, ni a largo plazo. Los azulgranas siguen necesitando cinco victorias, que les permitirán militar un segundo año en Primera.

El problema es que los azulgranas afrontan este último tercio de la competición en circunstancias muy diferentes a las que se vivían hace una vuelta. Entonces encaraban el choque ante el Levante con las buenas sensaciones y resultados de sus últimos encuentros -cinco puntos ante Elche, Villarreal y Athletic, con un solo gol en contra y tres a favor- y la confianza del que se cree capaz de todo. Ahora lo hacen con una mochila cargada de plomo, tras encajar seis derrotas consecutivas y ofrecer una imagen que ha invitado a la esperanza en contadas ocasiones y al pesimismo en alguna más. Empezando por la más reciente, en el partido frente al Athletic. Un golpe, por tanto, más duro para un equipo que se siente noqueado. Y eso es lo peor. Porque el juego puede mejorar con trabajo, pero la confianza necesita resultados, bastante más aleatorios.

Lo cierto es que las matemáticas siguen valiendo, aunque las cuentas se hayan estrechado un poco. El Eibar debe sumar 15 -aunque es probable que con alguno menos sea suficiente- de los 39 puntos que disputará, menos de la mitad por tanto, para mantenerse en Primera. Ahora mismo parece una misión imposible, pero no lo es. El propio conjunto azulgrana sumó 19 en estos mismos trece encuentros de la primera vuelta.

Los que lleguen ahora serán bienvenidos en cualquier escenario, pero lo cierto es que el recorrido que afrontan los armeros tiene cinco cumbres. Cinco partidos marcados en rojo, no solo porque dan la cuenta exacta de lo que necesitan sumar, sino porque son, exactamente, los que debe disputar ante rivales directos en este tramo final de la temporada. Concretamente, y en ese orden, Levante (26ª jornada), Granada (28ª), Almería (33ª), Getafe (37ª) y Córdoba (38ª). Todos ellos por debajo del Eibar ahora mismo, a bastante distancia en algunos de los casos, y con el golaverage particular, de momento, empatado o perdido.

Son partidos de doble valor que los guipuzcoanos afrontarán, a tenor de los precedentes -el Eibar ha sumado más puntos, 15 frente a 12, a domicilio que como local-, con otro dato a favor: cuatro de los cinco se disputarán lejos de Ipurua. Solo el choque frente al Córdoba, en una última jornada que puede ser de infarto, se jugará en el estadio eibarrés.

Semanas intensas

Esos cinco encuentros no solo son los idóneos para sumar los puntos que separan al Eibar de su sueño, ya que dejarían sin sumar a sus rivales directos. También, y aunque nunca se sepa cuándo puede saltar la sorpresa, deberían ser los más asequibles de un calendario en el que no escasean cumbres de otro tipo. Y que además se concentran en algún caso. Habrá doble jornada en la segunda semana de abril, en la que los azulgranas recibirán al Málaga cuatro días antes de visitar al Real Madrid. Una situación que se repetirá casi de inmediato, con el encuentro frente al Sevilla en Ipurua del 29 de abril y la inmediata visita al Valencia cuatro días más tarde. Cuatro encuentros (Málaga, Real Madrid, Sevilla, Valencia), junto al del Barcelona -llega a Ipurua la próxima semana-, en los que en la primera vuelta el Eibar solo pudo sacar un punto en total; ahora mismo no parece que vaya a poder hacerlo mejor en esta segunda mitad.

La relevancia de los otros tres choques de este último tercio de Liga dependerá de la evolución de sus rivales, hoy tranquilos pero no lo suficiente todavía. Se trata de Rayo (29ª jornada), Celta (32ª) y Espanyol (36ª).