El centrocampista de la Real Esteban Granero reconoce no tener muchas esperanzas puestas en que el Espanyol, próximo rival liguero (domingo, 17.00 horas), acuse el esfuerzo copero de su semifinal de ayer por la noche ante el Athletic y advierte de que la preocupación del equipo catalán a partir de hoy estará en el partido de Anoeta.

«Espero que acusen que juegan en Anoeta ante un equipo fuerte que quiere ganar», manifestó ayer Granero en su comparecencia ante los medios de comunicación, y minimizó las consecuencias del encuentro de vuelta de semifinales de la Copa porque considera que en cuatro días «hay tiempo para recuperar y estar en perfectas condiciones para competir».

A pesar de estas precauciones, Granero dijo que espera que la Real no tenga que sufrir tanto como en la anterior comparecencia contra el Sevilla (4-3), choque en el que se produjeron «cosas buenas y malas, y si obviamos éstas, entonces sí fue un partido espectacular». El realista añadió que un buen resultado les permitiría «poder empezar a mirar hacia arriba en la tabla». En cualquier caso, añadió que no se pueden «permitir ninguna relajación, no ya por la clasificación sino también por el conflicto interior que tenemos, ya que todos creemos que no deberíamos estar en esta situación», declaró.

Granero asumió la carencias que muestra el equipo fuera de casa, aunque dijo estar convencido de que esta mala racha se romperá en Getafe dentro de dos jornadas y puntualizó que la Real ha merecido más puntos de los que lleva en el casillero a pesar de la mala imagen de Valencia. «Estamos mejor que hace cinco meses y estoy convencido de que al final de tem- porada vamos a estar mejor que lo que estamos ahora», concluyó su rueda de prensa diciendo un Granero que ve al equipo «en línea ascendente».

Entrenamiento en Anoeta

En la jornada de ayer, el regreso a los entrenamientos de la plantilla blanquiazul estuvo marcado por la incorporación parcial al grupo de Chory Castro, Zurutuza y Carlos Martínez, quienes estuvieron un rato con el resto, lo que confirma que su proceso de recuperación va por buen camino. Por su parte, Zaldua siguió con su plan personalizado, mientras que Carlos Vela y Mikel González se ejercitaron a su ritmo en las instalaciones de Zubieta. El único ausente fue el delantero Imanol Agirretxe, que tenía permiso del club.

El entrenamiento de ayer, que llegaba tras la jornada de descanso, estaba previsto para Zubieta, pero el técnico, David Moyes, decidió cambiarlo y hacerlo en Anoeta. A partir de hoy, todos los entrenamientos serán a puerta cerrada.

A vueltas con las lesiones

En cuanto a las lesiones, la Real continúa con la preparación de un partido de Liga, en este caso ante el Espanyol, con los ausentes como recurrente noticia, ya que salvo Granero y Rubén Pardo, todos los jugadores del equipo han sufrido algún tipo de problema físico. La Real tiene a día de hoy varias bajas seguras para el domingo, partido que se perderán Carlos Vela, Carlos Martínez, Mikel González y David Zurutuza.

Los problemas se amplían porque Chory Castro ya quedó fuera del último partido en Valencia, Sergio Canales tuvo que ser sustituido en el descanso y Joseba Zaldua causó baja a última hora, por lo que se han sumado a una lista de enfermería por la que han pasado todos los componentes del equipo, salvo los citados Granero y Pardo.

Con anterioridad se vieron obligados a parar en algún momento de la temporada los porteros Gero Rulli y Eñaut Zubikarai, los defensas Jon Ansotegi, Yuri Berchiche, De la Bella, Iñigo Martínez y Gorka Elustondo.

No han sido menores los problemas de medio campo hacia adelante porque las temidas lesiones obligaron a perderse encuentros a Markel Bergara, Xabi Prieto y, en ataque, a Imanol Agirretxe o el islandés Alfred Finnbogason, que estuvo de baja varias semanas por una luxación de hombro.

Con este panorama resulta imposible confeccionar a priori un once titular para el encuentro del domingo porque la política de David Moyes en esta cuestión pasa por la discreción total y no acostumbra a dar datos de los jugadores con los que podrá o no contar.

De hecho no es la primera vez que la convocatoria se conoce el mismo día de partido o incluso concentra a más jugadores de los que luego puede incluir en acta para no dar pista alguna al entrenador rival.