MANRESA 64

GIPUZKOA BASKET 79

Gipuzkoa Basket sumaba en Manresa una victoria que son muchas victorias. Por abrir un hueco de tres triunfos respecto al cuadro catalán más el average; por asestar el golpe definitivo con un último parcial de 15-26, después de sujetar el poderoso arranque de un rival que se adelantó 19-11. Por repartir 17 asistencias entre siete jugadores distintos; por firmar un 10 de 10 en tiros libres. Y por Jaume Ponsarnau, que volvía a su tierra y se marchó de allí siendo profeta.

Pero hasta llegar al capítulo final, hubo otros. Así, resultó casi increíble ver que Gipuzkoa Basket campeaba en el marcador, 36-37, en tiempo de descanso, después de que el conjunto manresano se mostrara dominador desde el salto inicial. Buena culpa de la remontada guipuzcoana la tuvieron los 13 puntos consecutivos de Taquan Dean al arranque del segundo cuarto, o los siete que anotaría Dani Díez poco antes del receso.

Por lo demás, los de Jaume Ponsarnau tenían las alarmas encendidas a cuenta de las faltas -tres para Huskic, Iarochevitch y Hanley-, más que nada porque Rizvic, Fotu y Sakic campaban a sus anchas en la zona.

Por fortuna, los del Bagés estropeaban su buen juego en la zona con un 2 de 14 en triples -acabaría con 5 de 25- y varios tiros libres errados, mientras que GBC replicaba a base de la inspiración de Dean, la movilidad de Jordi Grimau y Díez y sobre todo a base de compartir el balón. Hasta cinco jugadores repartían al menos una asistencia en los 20 primeros minutos.

El factor Jordi Grimau

Más allá de los errores -empezando por el propio Dean, autor de varios fallos incomprensibles como un pase fuera en medio de dos compañeros o un mal saque por pisar la línea de fondo-, Gipuzkoa Basket sacó partido de la locura en la que se convirtió el tercer período. Cinco puntos seguidos de Dani Díez adelantaban 44-47 a los de Ponsarnau. A partir de ese momento los donostiarras jamás abandonarían el liderato del choque.

Dos tiros libres de Olaizola metían el partido en el último cuarto con 49-53 en el marcador, momento que aprovechó Jordi Grimau para lucirse ante su antigua parroquia. Ante su hermano Roger, el pequeño de la saga anotó 10 de sus 14 puntos en los minutos finales. Los puntos de Grimau, sumados a un «dos más uno» de Franch, una buena canasta de Hanley y la aparición -con algún gestito de más- de Doblas, rompieron el partido, mientras que el conjunto local se perdía entre tiros y más tiros errados, por mucho que cargara el rebote.

Ya en el último minuto, Jared Jordan le dio la pausa al duelo, toda vez que la renta donostiarra superaba la decena. David Doblas, con un triple, le ponía la rúbrica a una actuación que precisó de muchos secundarios para hacer a la escuadra guipuzcoana la protagonista. Con esta novena victoria, Gipuzkoa Basket se sitúa a medio camino de los puestos de descenso y play off, y casi respira tranquilo.