El president, Artur Mas, comparece a las 10.00 de la mañana en el Palau de la Generalitat para explicar su propuesta alternativa a la consulta original del 9 de noviembre, después de que la reunión de ayer acabase al borde de la ruptura entre los partidos soberanistas. Lo que a esta hora sigue siendo una incógnita es si Mas presentará esta mañana la consulta alternativa propuesta ayer a los partidos -a través del título tercero de la Ley de consultas- o si se decantará directamente por las elecciones anticipadas.

En la reunión de ayer, ninguna de las fuerzas soberanistas fuera del Govern -ERC, ICV-EUiA y CUP- vio con buenos ojos, en un inicio, la propuesta alternativa y todos criticaron al ejecutivo por haber renunciado a la consulta tal y como estaba planteada en el Decreto de convocatoria cautelarmente suspendido por el Tribunal Constitucional (TC). Criticaron, asimismo, las decisiones unilaterales de Mas a lo largo de los últimos días, desde la paralización de todos los preparativos de la consulta hasta la renuncia definitiva planteada ayer.

Pese a ello, las seis formaciones soberanistas hablaron durante horas sobre la propuesta alternativa del Govern, que pasa por utilizar el título tercero de la Ley de consultas, que regula los «procesos participativos» y que es perfectamente vigente, ya que no fue impugnado por el Gobierno español ante el TC.

CUP acepta, ERC e ICV-EUiA no

Según explicaron ayer por la noche los diputados de la CUP en una asamblea informativa celebrada a altas horas en la plaza Sant Jaume, la propuesta del Govern incluía colocar las urnas el 9 de noviembre, algo que en primera instancia negaron las filtraciones a los medios. El proceso propuesto por el Govern contemplaba la constitución de 600 mesas electorales en los institutos de la Generalitat de toda Catalunya y se había cuantificado en 18.000 las personas voluntarias necesarias para convertir en factible la votación.

Tras poner algunas condiciones, aceptadas por Mas, la CUP entendió como mal menor la propuesta de la Generalitat y le dio su visto bueno, entendiendo que permitía mantener el pulso con el Estado y que, de hecho, volvía a poner la pelota encima del tejado del Gobierno español. Sin embargo, ERC e ICV-EUiA no compartieron este punto de vista y fueron ellos los que ayer por la noche se levantaron de la mesa de negociaciones del Palau Pedralbes.

Minutos después, ERC hizo llegar a la prensa un breve comunicado en el que denunciaba que «el Govern catalán, habiendo rechazado reiteradamente la entrada de ERC al Govern para blindar la consulta, renuncia a ésta y nos impone un nuevo escenario que en ningún caso hemos pactado: un proceso participativo». El comunicado añadía que, pese a la decepción, «ayudarán al Govern porque tenemos que aprovechar todas y cada una de las oportunidades para demostrar el carácter y la actitud del Gobierno español», pero advertía de que «este proceso participativo no substituye la consulta en ningún caso». Por ello, concluía que «ante la imposibilidad de hacerla (la consulta) por la oposición del Gobierno español y la renuncia del Govern catalán, advertimos que solo queda un camino: un Parlament que haga una Declaración de Independencia inmediata y la apertura de un proceso constituyente». Es decir las elecciones.

ICV-EUiA, que en la reunión de ayer se limitó a proponer una movilización masiva en vez de la consulta, mantuvo silencio y su líder, Joan Herrera, apuntó que no se pronunciarían públicamente hasta escuchar a Mas esta mañana. Por su parte, la CUP pidió por la noche un esfuerzo a todos e instó al Govern a volver a convocar hoy a los partidos para seguir negociando. Antes de que esto pueda ocurrir, sin embargo, habrá que ver si Mas se limita esta mañana a presentar en público la propuesta trasladada ayer al resto de los partidos soberanistas o si se decanta directamente, como sugieren algunos medios, por el adelanto electoral.

Llamamiento de @araeslhora para el domingo (12.30) en la Plaza Catalunya de Barcelona «demostremos que seguimos adelante», afirman

— naiz: (@naiz_info) October 14, 2014