Joseba VIVANCO

Money no, diga «Mou»

Mourinho vuelve a vender un suplente por más de 30 «kilos», mientras Guardiola suena para el cargo de seleccionador de Qatar.

El septugenario Sergio Mattarella, nuevo presidente italiano, es originario de Palermo. Cuenta el gran Enric González en sus ``Historias del Calcio'' que «en Sicilia hay dos primaveras. Una, estacional, se repite cada año con un estallido de luz y aromas. La otra es anímica y de periodicidad irregular. Se habla de primavera siciliana cada vez que brota en la isla una llamarada de resistencia cívica contra la mafia, o cuando repunta fugazmente la economía, o cuando los equipos de fútbol locales obtienen algún éxito». Como el Palermo este curso. La nueva cabeza visible de la alta política transalpina no es tifoso, aunque reparte su corazón futbolero entre el club de su ciudad y el Inter, entre el sur pobre y terruño y el norte rico y arrogante. Los `rosaneros' son séptimos, en puertas de los puestos europeos y con su técnico Giuseppe Iachini batiendo récords.

Maurizio Zamparini, dueño y señor del club siciliano, es todo un personaje. Uno más del Calcio, de esa Commedia dell'arte tantas veces retratada por Pier Paolo Pasolini, incondicional rossoblu del Bologna. Zamparini no solo se ha convertido en estilete de un estamento arbitral para el que alguna vez ha pedido prisión, o ha amenazado a sus jugadores con cortarles los testículos y comérselos en ensalada, sino que dejaría pequeño al mismísimo Jesús `tal y tal' a la hora de decapitar entrenadores.

El mandamás del Palermo ha despedido a 26 técnicos desde su llegada al club en 2002, que sumados a los otros 26 que ya había deglutido como presidente del Venezia, suman un total de 52 cambios de entrenador en un cuarto de siglo. El último en caer fue Gennaro Gattuso, ese jugador de pies cuadrados y pimienta en las venas, que necesita 5 miligramos de cortisona a diario por su problema en un ojo debido a un problema neurológico, y que confesaba sus demonios en el banquillo en una entrevista a ``El País'': «Lo más difícil de ser entrenador es aprender a contar hasta diez antes de hablar... Yo he llegado al 3,5... espero llegar a 6».

Tras Rino Gatusso, que apenas duró unas jornadas, arribó al banquillo palermitano Giuseppe Iachini. Desde entonces ha pasado más de un año, cuatro meses y una semana, y sigue en su puesto. Milagro. Como miracolo sería que otro dueño de club a la italiana, el de la Sampdoria, pasara inadvertido alguna vez en un partido.

Este fin de semana, ni corto ni perezoso, el histriónico Massimo Ferrero decidió seguir durante el encuentro de los suyos en su visita al Torino manejando una de las cámaras de televisión. Quizá hasta que se percató de que los tantos que veía a través de la lente no eran un `replay', sino los cinco goles como cinco soles que el `Toro', décimo, le endosó a la `Samp', quinta. El técnico de los genoveses, Sinisa Mihajlovic, ordenó doble sesión de entrenos esta semana como castigo, y el recién llegado Samuel Eto´o se lo saltó porque al parecer él no había venido a estas alturas para «correr como un negro» sino a «cobrar como un blanco». Crisis habemus. De momento, la liga estadounidense y china tientan al camerunés.

Aunque para crisis, y en canal, la del Inter. El club cambió al inicio de temporada su tradicional himno ``Pazza Inter Amala'' por uno más cool, con ritmo de rock `n' roll y titulado ``Nerazzurri siamo noi''. Lo que suena este curso en el Giuseppe Meazza es la triste melancolía de Laura Pausini. El Internazionale es conocido como La Bienamada, por las alegrías que proporciona a sus rivales... como hoy. «Con el Inter se podría escribir una enciclopedia del fracaso», resumía Enric González. El equipo es una sombra. Diez míseros puntos de los 30 en juego, a 24 del líder Juventus, volvió a perder 3-1 ante el Sassuolo, el Eibar italiano.

La Roma, su técnico y su novia

El técnico Roberto Mancini, incapaz de reflotar al equipo, se defiende afirmando que «en Italia solamente importan los resultados; nos toca trabajar». Y por si las aguas no bajaran revueltas, al final del choque, sus jugadores Mauro Icardi y Guarin lanzaron sus camisetas a la tribuna pero los hinchas interistas se las devolvieron. Icardi, inmaduro Icardi, ese jugador que tuitea más que juega, tecleó: «Pedazos de mierda, son todos unos pedazos de mierda».

Y es que Twitter lo carga el diablo. Que se lo digan si no a Francesca Brienza, periodista de Roma TV y pareja sentimental del entrenador giallorosso, Rudi Garcia, que pidió a los hinchas que animen y no sean de esos que solo cantan cuando se gana. Huelga decir que le llovieron unos cuantos palos en las redes sociales, con lo que poco ayudó al técnico francés a digerir el mal momento de los romanos, cuarto empate seguido y se aleja cualquier atisbo de pelear el Scudetto a la Juventus. ``Ay Roma'' era el expresivo titular el lunes del ``Corriere dello Sport''.

La Juventus, uno de cuyos seguidores más acérrimos fue el histórico fundador del Partido Comunista italiano, Antonio Gramsci, no aprovechó el nuevo tropiezo de su perseguidor, empató, pero sigue destacado en el liderato. Al igual que la pasada campaña, los puestos de honor se perfilan, con las `cebras' en cabeza, los romanistas segundos a siete puntos y tercero en discordia, de nuevo, el Napoli de Rafa Benítez, que parece haberse enchufado, se coloca tras su nueva victoria a cuatro puntos de la Roma y saca ya cinco a Lazio y Sampdoria.

Octavo es el Milan. Sí. Y eso que solo ha ganado 7 de los 21 partidos jugados, el último este fin de semana. Fiel reflejo de lo apretada que está la Serie A en ese furgón intermedio de la tabla, a donde no le llega a un Parma que no cobra, deambula y es ya cadáver de la serie B. Y Cassano libre y sin equipo al cierre del mercato. ¡Antonio!

Sturridge vuelve con goles

No ha habido grandes llegadas al Calcio pero sí una sonada salida. La del cafetero Juan Cuadrado -``Special Juan'' titulaba la prensa inglesa-, polivalente extremo de la Fiorentina, fichado sobre la bocina por el Chelsea por 35 millones, una vez que los Blues dieron el billete de ida al belga André Schürrle, rumbo al Wolfsburgo, a cambio de unos 32 `kilos'. Jose Mourinho lo ha vuelto a hacer. Vender por un pastón un jugador que ni siquiera es titular con él.

De casta le viene al galgo, y si el Porto imparte cátedra a nivel mundial en eso de comprar barato y vender caro -el próximo en salir en verano será el colombiano Jackson Martínez- , `Mou' es un avezado aprendiz, no solo de los banquillos, sino de los despachos. «No hay mayor negocio que vender a gente desesperada un producto que asegura eliminar la desesperación». La máxima es de Aldous Huxley, pero la firmaría el técnico luso. Desde el 1 de enero de 2014 el Chelsea ha cambiado a Mata, De Bruyne, David Luiz, Lukaku, Demba Ba y ahora Schürrle por Matic, Diego Costa, Cesc, Filipe Luis, Salah, Remy y ahora Cuadrado. Saldo: más 16 millones a favor de la caja londinense. Ha vendido seis suplentes por 183 millones en 13 meses. Indiscutible `Special One'.

Dinero contante y sonante con el que, quién sabe si hará frente a las multas que le vienen encima por su cruzada contra el mundo. Jose Mourinho ha sido sancionado con 25.000 libras por afirmar semanas atrás que existía una campaña de los árbitros contra el Chelsea. Y le viene otro `puro' después de negarse a ofrecer las obligatorias ruedas de prensa antes y después del esperado duelo ante el City.

Según un estudio del diario mexicano ``Record'', desde su primera experiencia en el banquillo Blue, en 2005, el portugués habría pagado algo cerca de medio millón de euros en sanciones. La última, y por la que no hizo declaraciones, tiene que ver con la campaña mediática que, denuncia, se ha desatado contra Diego Costa, por unas marrullerías que le han costado tres partidos de suspensión. El primero contra el City, en el que los del oeste de Londres podían sentenciar la Premier y no pasaron de un conformista empate.

``The Mail'' le atizó en su portada deportiva: ``¡Jose aparca el autobús!'', y todo porque su propuesta futbolística fue poco ofensiva y al final terminó cambiando a su único punta para incrustar al central Gary Cahill. «No sé el Chelsea, pero nosotros hemos ido a por los tres puntos desde el minuto uno», se quejó después Manuel Pellegrini en una clara crítica a su homólogo. Partido que defraudó y que ni siquiera salvó el regreso de Frank Lampard a Stamford Brigde, su hogar. Fue muy bien recibido, excepto por un hincha que blandió una pancarta donde se leía: ``Lampard tú no eres una leyenda, eres un traidor''. La seguridad del estadio le expulsó.

La igualada a nada entre los dos punteros de la tabla favoreció al Manchester United, que ganó 3-1 al colista y se coloca a diez puntos de la cabeza. Volvió a anotar Falcao, que parece haber aclarado sus rencillas con Louis van Gaal. Todo `positifo'...

Pero si un equipo parece haber retomado la buena senda ese es el Arsenal, en el que incluso Theo Walcott volvió a marcar un año después. Durante el encuentro entre Arsenal y Aston Villa, algunos aficionados gunners comenzaron a utilizar el hashtag #ThingsMoreLikelyThanVillaScoring. No es para menos, en 23 jornadas, los `villanos', uno de cuyos seguidores es el primer ministro David Cameron, han logrado solo 11 goles, ninguno desde el pasado 20 de diciembre.

También el Liverpool respira, es más, coge aire, y todo gracias al regreso de su goleador Daniel Sturridge. Entre él y Luis Suárez, la pasada campaña anotaron 56 goles. En la presente, en ausencia de Sturridge por una lesión en la pretemporada, entre los delanteros reds Fabio Borini, Mario Balotelli y Rickie Lambert han sumado tres. «Si quiere aportar algo debe estar en todos los entrenamientos», es lo último que ha dicho sobre `Balo' el técnico Brendan Rodgers. Así que Sturridge regresó y lo hizo con dos goles ante el West Ham. Se trata de la quinta victoria en los últimos seis partidos ligueros para el Liverpool, que se sitúa a solo cuatro puntos del cuarto clasificado, el Southampton de Koeman que perdió por 0-1 contra el Swansea City.

Y a todo esto, el sábado se viene el derbi de Merseyside, entre Everton -que ha ganado por primera vez desde el 15 de diciembre- y Liverpool, que arrancará a las 18.30, a pesar de las protestas del Ayuntamiento de la ciudad cuya Policía pidió que fuera a las 14.30 para minimizar riesgos derivados del consumo de alcohol. Sea como fuere, rivalidad por todo lo alto. Y para muestra, el legendario técnico red Bill Shankly como botón y sus célebres dardos dialécticos del tipo «esta ciudad tiene dos grandes equipos: el Liverpool y el equipo reserva del Liverpool», «si el Everton jugara en el jardín de mi casa, correría las cortinas» o «cuando no tengo nada que hacer miro debajo de la clasificación para ver cómo va el Everton», como en la actualidad. Genio y figura el hombre que mandó colocar el famoso cartel de ``This Is Anfield'' que preside el túnel de vestuarios.

Zarpazo de los «lobos» al Bayern

Y estos son los `wolfs', es de lo que no se percataron los hombres de Pep Guardiola, que salieron escaldados en su regreso a la competición en casa de un Wolfsburgo que se coloca a ocho puntos de los bávaros. Con la derrota del líder alemán, ya solo quedan cinco invictos en las ligas europeas: el Dinamo de Zagreb, campeón las últimas nueve ligas croatas, el Hibernians maltés, el Dinamo de Kiev, el The New Saints galés y el Stjarnan islandés.

La última vez que el Bayern concedió cuatro goles en la Bundesliga fue en la derrota por 5-1 ante el Wolfsburgo en abril de 2009. Este viernes perdieron 4-1; hasta este día Neuer solo había encajado 7 goles en 17 encuentros. Pep ya ha avisado a los suyos de que no levantarán la ensaladera sin bajarse del autobús. Tanto que en la jornada intersemanal, el Bayern solo pudo empatar en casa ante el Schalke, con el catalán de nuevo centro de los focos por su trato a los colegiados y el diario `SportBild' que avisa: Puede ser el próximo seleccionador qatarí.

Daniel Martínez, conocedor del fútbol alemán, analizaba estos días lo que resta de campeonato teutón, donde sugería que el éxito del de Sampedor pasa por un «acto de malabarismo para mantener a todos los jugadores del Bayern entusiasmados y motivados aunque chupen banco...». Llamaba la atención, además, sobre el «fútbol de innovación» del Wolfsburgo, sobre «dos equipos optimizados que ya eran buenos y apretaron tuercas para ser mejores: el Leverkusen y el Gladbach», y, finalmente, respecto a un Dortmund «al borde del descenso». Empataron los renanos en su regreso del parón y Jurgen Klopp reconoció que «no se puede exigir fútbol-espectáculo a quien lucha por la permanencia».

Ha habido doble jornada en Alemania, como decíamos, en la que el Wolfsburgo esta vez empató, así que el Bayern mantiene la distancia. Entre tanto, el Borussia Mönchengladbach consolida la tercera plaza en dura pugna con el Schalke, cuyo fan número uno, como se suele afirmar de manera errónea, no fue Adolf Hitler. En fin, que ambos equipos se verán las caras este viernes.

Los que también dirimen este domingo un duelo en la cumbre son el PSG y el Olympique de Lyon, tercero y primero, respectivamente, separados por solo dos puntos, y con el Marsella de Marcelo Bielsa entre ambos. Muy apretada la Ligue 1 en la que no ha habido demasiado movimiento en el mercado de fichajes, si acaso, el anecdótico, por el nombre, del Metz: el zaguero marfileño Ali Bamba. Eso sí, poco que envidiar al guineano de la Segunda italiana Karamoko Cissé, el italiano Simone Vergassola o hasta su compatriota Andrea Rabito. Incluso hay quien se mofa del apellido del gran Gianlugi Buffon, el guardameta cuyos vecinos protestan por la sonoridad sexual de él y su nueva novia, la periodista de Sky Ilaria D'Amico. «Son como conejos», es la queja textual. Como dijo Carlos Salvador Bilardo, «no estoy de acuerdo con que los jugadores no tengan relaciones sexuales antes de los partidos. Mientras que las mujeres sean las que estén arriba todo estará bien».