GARA
IRUÑEA

El despido de 123 empleados de TRW queda visto para sentencia en los tribunales

Representantes sindicales y de la dirección de TRW de Iruñea remarcaron ayer sus diferencias en el juzgado en torno a la legalidad del expediente de extinción de 123 contratos en la factoría de Landaben. El ERE se planteó al mismo tiempo que la negociación del convenio.

Antes de iniciarse la sesión, los trabajadores de la planta de TRW en Landaben realizaron una concentración ante el Palacio de Justicia. En la vista que se celebró ante la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Nafarroa, reclamaron la nulidad del ERE los letrados del comité de empresa y de las secciones sindicales de CCOO, UGT, LAB, ELA y CGT, que sostienen que «no concurren razones económicas» para proceder al despido de 123 personas cuando la empresa tiene beneficios.

Además, como relató la agencia Efe, advirtieron de que la empresa solapó el «sorpresivo» planteamiento de un despido colectivo con la negociación del nuevo convenio, con la «presión» que ello supone.

Precisamente, destacaron que «no existe buena fe» por parte de la dirección de la multinacional alemana, al entender que desde el principio perseguía este fin y disfrazó de negociación lo que fue una posición inamovible. Explicaron que, incluso, la dirección realizó una «sobrecontratación» previa de más de 70 trabajadores eventuales.

De hecho, creen que la dirección preparó el terreno, sabedora de que iba a plantear un ERE y de que probablemente la noticia tendría una respuesta sindical en forma de huelga, por lo que acumuló un stock de productos en almacenes externos para poder seguir proveyendo a Volkswagen Landaben, uno de sus grandes clientes. TRW fabrica direcciones para vehículos.

«Productos obsoletos»

Muy diferente fue la versión del letrado de TRW, totalmente disconforme con la demanda, que dijo estar «sorprendido con la sorpresa» que causó el despido colectivo porque, a su juicio, «se veía venir», dadas las pérdidas de la planta navarra, de la que dijo que «no es competitiva», sino «sencillamente deficitaria». No obstante, quiso aclarar que «la planta de Pamplona no es obsoleta, lo obsoleto son los productos que se fabrican» y que, según afirmó, están llamados a desaparecer.

Defendió también que los procedimientos de negociación de convenio y planteamiento de despidos se realizaran de forma simultánea, apelando a que no hay objeciones legales para hacerlo de esa forma.