Ramón SOLA

Getxo, la sexta mayor ciudad une, movilzia y acorta plazos

Aunque quedara eclipsada por las consultas, una de las grandes noticias de anteayer ocurrió en Getxo. Más de un millar de personas que viven allí pagaron entrada para reflejar que quieren decidir. No es un sitio más: la sexta ciudad vasca y la del lehendakari Agirre.

Uno de los elementos usados para minusvalorar las consultas de anteayer es circunscribirlas a zonas rurales y localidades pequeñas o medianas. Sin embargo, el acto de Donostia también resultó masivo. Y donde se salieron auténticamente fue en Getxo, con más de mil personas respondiendo a la invitación a coger su silla y acudir a Biotz Alai de Algorta, convertida en Plaza del Acuerdo y Plaza de la Decisión. Si en algún sitio se está reflejando la teoría de un proceso levantado desde abajo hacia arriba y sobre la base del consenso, quizás sea aquí. Y no se trata de una ciudad menor sino de la sexta más poblada de Euskal Herria, con casi 80.000 habitantes. Palabras mayores para convocar una consulta, de modo que en el cronograma previsto para este año no se contemplaba este paso, indica Iñaki Friera, uno de los representantes de Gure Esku Dago. Sin embargo, el resultado del acto del domingo abre la puerta a empezar a valorarlo, aunque siempre evitando saltos al vacío: «Aunque GED ya es aquí bastante plural, necesitaríamos ampliar aún más y fortalecer aún más esta estructura», considera.

Para dar este paso se requerirían unas 5.000 firmas según el protocolo de las consultas. Al acto del domingo acudieron físicamente más de un millar de vecinos, llenando la plaza. Destaca además que pagaron entrada para contribuir a sufragar los gastos: cinco euros los mayores, tres los menores de 16 años. El éxito se deriva de esa pluralidad que ha buscado siempre el grupo promotor. El evento contaba con la adhesión de muchos exconcejales y hasta cuatro exalcaldes (Javier Agirre, Francisco Urretxua, Jabier Sarria e Iñaki Zarraoa, todos del PNV).

Una de las referencias empleadas por GED aquí es la de otro antiguo primer edil getxotarra, José Antonio Agirre, el lehendakari. En su libro ‘‘Entre la libertad y la revolución’’, Agirre narró cómo el Ejército y la Guardia Civil se movilizaron en 1931 para impedir la reunión soberanista de los electos vascos en Gernika y cómo alcaldes y concejales terminaron estampando su firma en plena carretera ante la imposibilidad física de llegar a la villa. Han pasado 85 años y en Getxo la demanda vuelve a resurgir con fuerza, resumida en los carteles que levantaron al unísono este millar de personas en el que Friera define como «un momento muy emotivo» del acto del domingo: «Erabaki nahi dut/ Quiero decidir». En la declaración presentada en este festival de Algorta se afirma que «hay algo que nos une: somos ciudadanas y ciudadanos vascos. Sin excepciones. Debemos ser la expresión del deseo de decidir, el punto de encuentro entre diferentes, la clave de la convivencia».

De dar patadas a darse la mano

La unión se construye desde la pluralidad; no puede ser de otra forma en una localidad tan grande como Getxo. Así, en el acto del domingo hubo joaldunak y txalaparta, pero también batukada y danzas bolivianas junto a las vascas o a música clásica.

Jugando con las palabras interactuaron dos vecinas de Algorta: la escritora Laura Mintegi y la bertsolari Jone Uria. En la «plaza virtual» abierta por Getxoko Gure Esku Dago en internet, Uria reflexiona sobre este proceso de acercamiento mutuo: «Somos un pueblo habituado a darnos patadas que de repente, un 8 de junio, nos encontramos con que teníamos que darnos la mano». Aprendiendo a hacerlo anda Euskal Herria y Getxo muestra con su ejemplo que cuando se intenta de verdad, no cuesta tanto.