El candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, se ha hecho este viernes con la victoria en Georgia, donde había en juego 16 votos electorales, y se ha convertido así en el primer demócrata en hacerse con dicho estado en los últimos 28 años.

A pesar de que el actual presidente, Donald Trump, ha logrado vencer en el estado de Carolina del Norte --que supone 15 votos electorales--, Biden ha alcanzado los 306 votos frente a los 232 de Trump, según las proyecciones de la CNN tras diez días de recuento.

Si bien Biden aún no ha sido declarado oficialmente presidente electo --función que corresponde a la Administración General de Servicios para el efectivo traspaso de poder--, Trump ha sufrido una derrota sin paliativos tras haber soñado el miércoles pasado con tener opciones y haber enseñado desde el principio el espantajo del fraude. Un comité de su propio gobierno ha establecido este jueves que ha sido al contrario: las elecciones han sido las más seguro de la historia, ha dicho.

El sábado la CNN ya dio la victoria a Biden, que superaba los 270 votos electorales tras ganar en los estados de Arizona y Pensilvania.

El demócrata habría obtenido un 50,8 por ciento de los votos, mientras que Trump cuenta con un 47,4 por ciento de los respaldos.

En este contexto, el que seguirá siendo presidente hasta el relevo del 20 de enero ha expresado este viernes que está sopesando acudir a una marcha a favor de su Administración convocada en Washington este sábado.

«Hacer América Grande de Nuevo»

La manifestación, que busca trasladar su apoyo al mandatario tras las elecciones presidenciales, en las que ha obtenido menos votos electorales que su rival, Joe Biden, ha sido descrita como la 'Marcha para Hacer América Grande de Nuevo'.

No obstante, muchos seguidores han pasado directamente a llamarla 'Marcha por Trump'. «Es reconfortante ver todo el tremendo apoyo que hay, especialmente las manifestaciones que están surgiendo en todo el país», ha manifestado Trump en su cuenta de Twitter.

En este sentido, ha sugerido que podría «pasarse y saludar» a los presentes, que se reunirán el sábado en la capital del país a pesar de la pandemia de coronavirus. «¡Estas elecciones fueron falsificadas», ha insistido, siguiendo la línea de los comentarios realizados tras conocer los resultados electorales, que asegura que son fraudulentos.

El tono que adquiera la movilización mostrará si Trump quiere llevar también su estrategia de negación de la derrota a las calles, tras no advertirse recorrido en los tribunales.

Primera intervención sin referencia a las elecciones

En su primera intervención pública en ocho días, Trump ha seguido este viernes sin reconocer su derrota en las elecciones. De hecho, no ha realizado ninguna mención a los comicios o a su resultado en una comparecencia sin preguntas en la que ha buscado capitalizar los avances frente a una vacuna contra la covid-19.

El presidente ha afirmado que en los últimos nueve meses su Administración «ha iniciado la mayor movilización en la historia de EEUU en el desarrollo y la fabricación de terapias y vacunas en un tiempo récord».

«Los líderes de otros países me han llamado para felicitarnos por lo que hemos sido capaces de hacer, y hemos ayudado a muchos países con los respiradores, y todos los problemas que están teniendo», aseguró.

En ese sentido, ha querido atribuir a su Gobierno los progresos por parte de la farmacéutica Pfizer, que el lunes anunció que su vacuna contra la covid-19 era eficaz en un 90 %, por encima de lo requerido por los reguladores estadounidenses, lo que permite augurar una rápida autorización de emergencia para su puesta a disposición del público.

Ha asegurado que la llamada 'Operación Velocidad de la luz', para fabricar vacunas y tratamientos para el covid-19 es «inigualable en ninguna parte del mundo», y le ha atribuido el resultado de Pfizer.

Sin embago, ha criticado que Pfizer haya dicho que no formaba parte de esa operación de su Administración, calificándolo como una «tergiversación desafortunada».