El condenado por la muerte de Asier Niebla se querella contra dos testigos

La querella presentada por el procesado se dirige contra el agente de la Guardia Municipal de Donostia que instruyó el atestado policial, así como contra el portero de un bar donostiarra que fue testigo directo del incidente.

La familia de Asier Niebla en una ofrenda floral en su memoria en Donostia. (Juan Carlos RUIZ/FOKU)
La familia de Asier Niebla en una ofrenda floral en su memoria en Donostia. (Juan Carlos RUIZ/FOKU)

El joven condenado por la muerte de Asier Niebla –quien falleció en 2018 en Donostia tras ser golpeado por la expareja de una chica con la que conversaba– ha presentado una querella criminal por un presunto delito de falso testimonio contra dos testigos que declararon en el juicio.

El joven de Urnieta falleció el 11 de octubre de 2018, tras permanecer dos meses en estado de coma en el Hospital Donostia, donde había ingresado el 12 de agosto de 2018 con un fuerte golpe en la parte posterior de la cabeza.

El incidente se produjo sobre las 5.00 horas de aquel día, la primera jornada de las fiestas de la Aste Nagusia donostiarra, cuando Niebla se encontraba charlando con una chica en el exterior de un bar de la Calle Perujuantxo de la Parte Vieja y fue golpeado por el exnovio de la joven, tras lo que cayó al suelo.

El acusado fue condenado el pasado viernes a doce años y once meses de cárcel por la Audiencia de Gipuzkoa, después de que, en la última sesión de la vista oral, celebrada en diciembre, un tribunal del jurado lo declarara responsable de un delito de homicidio con la agravante de género, sin tener en cuenta la atenuante de entrega voluntaria que había pedido la defensa.

La querella presentada ahora por el procesado, a la que ha tenido acceso la agencia Efe, se dirige contra el agente de la Guardia Municipal de Donostia que instruyó el atestado policial, así como contra el portero de un bar donostiarra que fue testigo directo del incidente.

En el caso del policía, la querella entiende que su declaración ante el jurado fue «dolosa e intencionada», ya que todas sus «manifestaciones» fueron «encaminadas» a probar que el imputado «no se entregó voluntariamente, que era plenamente conocedor de lo que había hecho y que tenía planificada» la agresión «al presentarse en dependencias policiales acompañado de un abogado».

Según el escrito, estas declaraciones ante un jurado popular, que carece de «un conocimiento jurídico», pueden generar «unos juicios de valor que condicionen sus decisiones» e implicaron que el acusado se viera privado de la atenuante de «entrega voluntaria», cuando es «incierto» que se presentara en las dependencias policiales «acompañado de un letrado» y que la Guardia Municipal lo tuviera «perfectamente identificado» y localizado, como sugirió el policía, porque «no sabían dónde se encontraba en ese momento».

El documento rechaza también que el procesado acudiera a la comisaría «por temor a ser detenido», pues aún no tenía «conocimiento del alcance de sus actos y menos de la gravedad de las lesiones de Asier Niebla». «Se personó porque sabía que el día anterior no había actuado correctamente», recalca el escrito.

En cuanto al portero del bar que presenció la agresión, la querella cuestiona su versión, según la cual el inculpado golpeó a Asier Niebla «por la espalda» y pone de relieve que es el «único» de los presentes en el lugar «que manifestó que las posiciones y direcciones» de las personas involucradas eran «distintas» a las que expresaron «el resto de testigos», como la exnovia del acusado, que dijo que el golpe fue «en la cara».

El texto reprocha también al portero que mantuviera su «declaración falsa, hasta el punto de intentar justificar que el golpe se propinó por detrás», y que después la víctima cayó «de arriba abajo» para «al final darse la vuelta y caer de espaldas», en una versión de lo ocurrido «que no sólo es incierta sino que ni en un relato de ciencia ficción se podría sostener».

«Pero la realidad es que dichas declaraciones dieron lugar, cuanto menos, a generar una duda en cuanto a la intencionalidad de los actos –del acusado– y en cuanto a la dinámica de la agresión», explica la querella, que recuerda que el delito de falso testimonio está castigado con penas de uno a tres años de prisión y multa de seis a doce meses en caso de haberse producido en el contexto de una «causa criminal».

El documento precisa también que, si a consecuencia del presunto falso testimonio, «hubiera recaído una sentencia condenatoria» contra el acusado «se impondrán las penas superiores en grado».