Tienda y lugar de encuentro, Ebla ha abierto sus puertas en el barrio de Egia (Virgen del Carmen 28) como otro espacio que delimita un particular ‘triángulo friki’ en Donostia, con sus otros vértices en Gen X (junto a la plaza Easo) o el veterano Armaggedon (Amara Berri), mientras que los amantes de las minis y la pintura tienen sobre todo como referencia más cercana Distopía Games, en Hernani.

Contra viento y marea, Eneko Sánchez se lanza a la piscina en un mercado emergente –rol, juegos de mesa, comics…– que ha dejado atrás los estigmas y los estereotipos como aficiones para gente ‘rara’. Prueba de ello es la repercusión que su apertura ha tenido en redes sociales. No obstante, en estos tiempos de máxima facilidad para comprar por internet, hace falta valor para abrir un pequeño negocio.

¿Primera experiencia en una tienda?

Sí, yo siempre he trabajado como educador social, pero se me terminaba el contrato y llevaba unos meses pensando en montar algo así en Irun. Pero al final me decidí por Donostia, y desde mayo llevo preparando este proyecto.

Haciendo del hobby un medio de vida…

Me gusta mucho el rol y la literatura fantástica. Para comprar eso siempre iba a Generación X o a Armaggedon pero están más enfocadas al juego de mesa o al cómic, aunque yo también voy a tener de esto último. La otra alternativa era internet, pero también nos gusta tener con quién hablar de nuestras cosas, y quería ofrecer a la vez un punto de encuentro.

¿De dónde viene el nombre de Ebla?

Me gusta mucho la Edad del Bronce. Ebla es el nombre de un reino y una ciudad de aquella época, cerca de Alepo (Siria), y en su tiempo era una potencia. Era importante por dos motivos. El primero es que está en el centro, en una encrucijada entre Anatolia, Egipto y Mesopotamia, un lugar comercial, de intercambio, con diferentes lenguas…

Y en Ebla se encontró un archivo, creen que de un ‘scriptorium’, y lo definen como la primera biblioteca del mundo, aunque seguramente sea más concretamente el almacén de una escuela de escribas. Encontraron unas tablillas, algo así como esos deberes de ‘copia esto mil veces’, y también listados de bienes, de topónimos… Es un nombre corto y que suena bien al oído.

El local es muy grande y la intención es organizar diferentes eventos…

Siempre hemos tenido en la cabeza que estos sitios suelen ser oscuros, estrechos, que hay que rebuscar entre cajas… Yo quería otra cosa, un lugar en el que poder estar tranquilamente, socializar, hablar… Por eso decidí coger un local amplio y poner unas mesas para organizar algo al menos una vez por semana: torneos de cartas, rol, juegos de mesa, charlas sobre literatura… También estoy dispuesto a poner el espacio para gente que quiera llevar a cabo sus propias iniciativas.

Entre los objetivos está potenciar el rol en euskara. Hay muy poco material…

El material es muy escaso, hay 2-3 juegos de rol y 4-5 libros. Es una pasada. Pero hay iniciativas como Rolariak (colectivo de rol en euskara), que el año pasado hicimos unas jornadas online (Rolaldia) y que este año ya estamos volviendo a organizar. La idea es organizar también partidas en la tienda.

¿Por qué en Egia?

Por un lado me gusta Egia porque es uno de los epicentros culturales de Donostia. Tienes el Bukowski, Tabakalera, La Farándula… Y por otro lado resulta evidente la diferencia económica entre Egia y otros lugares como Gros o el Centro. Un local como el mío, en el Centro, puede costar cuatro veces más.

Este tipo de aficiones ya iban hacia arriba antes de la pandemia, y durante este año y medio han cogido aún mayor impulso…

Tenemos esa percepción y es cierta. El mercado dice lo mismo, según mi análisis tanto los juegos de mesa como el rol están en expansión. Sale más material, se vende más, se está segmentando más, hay una mayor variedad, hay diferentes tipos de cliente, ya no es solo la idea del típico friki que se compra todo. Estamos olvidando los estereotipos, han desaparecido los estigmas, la gente ya tiene otra mentalidad.