Iñigo Garcia Odiaga
Arquitecto

Siluetas ondulantes

El primer museo en China diseñado por el arquitecto japonés Ryue Nishizawa se ha inaugurado recientemente con una primera exposición que reivindica el arte del dibujo tradicional de tinta del coloso oriental. Una técnica gráfica que tiene curiosamente un reflejo singular en la gramática sinuosa y aleatoria del gran museo que la contiene. El museo está ubicado en el nuevo distrito de Taibai Lake, en la ciudad de Jining, capital de la provincia de Shandong, y que resulta ser un área muy importante en la tradición cultural china.

El complejo del Museo de Arte Jining forma parte de un plan director más amplio y ambicioso del que únicamente se ha construido un pequeño fragmento. El área de este desarrollo se sitúa a unos veinte minutos en automóvil de la ciudad, y se plantea como un proyecto de desarrollo extenso que se convertirá en un nuevo centro cultural y en una zona de expansión de la ciudad de Jining. El plan incluye cuatro instalaciones culturales con una biblioteca, tres tipos diferentes de museos, instalaciones comerciales, oficinas y un gran parque. Precisamente este nuevo museo de arte se planeó dentro del parque. El solar en sí está rodeado de naturaleza con un gran lago adyacente a la propiedad, así como vegetación y algo de espacio frente al mar.

Para integrar el museo en ese contexto, los arquitectos propusieron un edificio de una sola planta con una gran cubierta de forma orgánica. El programa, además de las galerías de exposiciones, se complementa con una biblioteca, oficinas y otras zonas como almacenajes o zona de restauración de obras.

Para que la geometría del museo se integrase en ese contexto natural, la primera decisión arquitectónica fue incorporar una forma curva orgánica al gran techo. La gran altura de la cubierta cambia gradualmente de los 4 metros hasta alcanzar los 13 metros para que se estableciese una continuidad natural con el paisaje orgánico del parque. La estructura de este gran dosel está realizada con una estructura sencilla de pórticos de acero. Aproximadamente la mitad del espacio debajo de este techo se usa como espacio de parque, y el resto del espacio funciona como espacio de museo. Las salas de exposiciones grandes y pequeñas, así como otra gran variedad de salas están dispuestas de forma independiente en el espacio del museo, rodeadas de pasillos de vidrio para formar patios en los que se cuela la naturaleza.

Los pasillos no solo se conectan a cada espacio de exposición, sino que también se convierten en espacios multifuncionales a medida que cambian su ancho para generar situaciones singulares. Espacios particulares como la cafetería, el hall, o la librería ocupan esas singularidades de los pasillos. El espacio hacia el parque está cubierto por los aleros de la gran cubierta en toda la periferia exterior, que es un espacio semi-abierto al aire libre, que también se puede usar como parte del museo.

Este espacio también puede utilizarse directamente desde el exterior, desde el parque y usarse independientemente. La cubierta se convierte en esa disposición en una gran sombrilla para las personas que pasean por el parque durante los calurosos días de verano en Jining. La sensación de transparencia y brillo que crean los patios contrastan con los espacios sombríos y oscuros que ese gran techo también alberga en forma de volúmenes sólidos de ladrillos.

Tradicional y vanguardista

Ryue Nishizawa ha explicado que la intención del proyecto es la de reinterpretar y mantener los elementos arquitectónicos tradicionales del lugar. Bajo ese techo flotante en forma de hoja loto, que caracteriza el edificio, por ejemplo, se han utilizado 800.000 ladrillos azules de origen local, como un material estructural y ornamental que reivindica la relación entre los métodos de construcción tradicionales de la cultura china y la cultura contemporánea más vanguardista. Los ladrillos locales crean una sensación de contraste con la luz y la transparencia de los pórticos de acero. Esos ladrillos se cocieron en hornos tradicionales y se fabricaron con materiales y mezclas tradicionales.

Otros dos elementos del complejo, como una gran pérgola o el pabellón café del parque, repiten el mismo lenguaje de cubiertas planas y de formas orgánicas, como lotos movidos por las olas del edificio principal. La pérgola que toma la forma de un dosel muy delgado que parece fluir como un río recuerda la propuesta realizada para el pabellón Serpentine 2009 de SANAA, serpenteando entre los árboles de Hyde Park. En realidad estas siluetas acuosas, que fácilmente se vinculan a algas o elementos vegetales mecidos por las mareas, son un elemento recurrente en la obra de estos arquitectos japoneses. Una arquitectura que no es solo moderna y transparente, sino que también posee un sentido de conexión con la naturaleza y el lugar. En este caso con la tradición material y la historia de China.