Sergio Iglesias
Entrevue
Saray Dacosta y Sergio Juarros
Componentes de Arde Marte

«Lo bueno de no tener etiquetas es que nadie te va a juzgar»

Tras pasar por diferentes bandas de rock alternativo y hard rock, Saray y Sergio decidieron dar un giro absoluto a sus carreras musicales para crear un nuevo proyecto, bajo el nombre de Arde Marte. A finales del pasado año, la banda vizcaina nos presentaba su debut discográfico: ‘Antinomia’.

Saray Dacosta y Sergio Juarros, integrantes del grupo Arde Marte.
Saray Dacosta y Sergio Juarros, integrantes del grupo Arde Marte. (Haydé NEGRO)

Para comenzar, cuéntennos cuál es el germen de Arde Marte.

Nosotros habíamos estado en otras bandas, como Ebony Rose, que llegaron incluso a ser finalistas del público en Maketa Lehiaketa de Gaztea, o Power Under Control, un grupo de rock alternativo y hard rock. Esos proyectos no siguieron adelante y, como estábamos ‘solteros’ en lo musical, hablamos para hacer algo juntos; poco a poco, fuimos haciendo ensayos y vimos que salían cosas que nos gustaban, que estábamos en la misma onda y que, además, teníamos tiempo para dedicarle a esto. Al principio, también estábamos con Galder, que era el bajista en Ebony Rose, pero que, posteriormente tuvo que dejarlo.

Lo primero que llama la atención de este proyecto es, precisamente, lo poco que tiene que ver, en lo musical, con lo que hacían anteriormente. ¿Cuál era la motivación para este cambio tan significativo?

Nos motivaba, sobre todo, hacer lo que nos gusta. En la música van saliendo nuevas tendencias y, aunque te siga gustando lo que has escuchado siempre, te apetece hacer otras cosas; así que, al final, lo que hemos hecho para sacar adelante Arde Marte ha sido mezclar lo que nos gusta y lo que sabemos hacer. Para ello, tuvimos que aprender a hacer música electrónica, porque nosotros sóolo sabíamos hacer rock y conciertos tradicionales con banda, pero con mucho trabajo y estudio, han salido las canciones que forman el disco y con las que estamos encantados.

A pesar de esas diferencias lo que hacen tiene mucho de filosofía de banda, sobre todo a la hora de la composición.

Sí, la mayoría de las canciones empiezan con la guitarra y, a mitad del tema, cuando ya ha cumplido su papel, los teclados o los sintes pasan a cubrir ese espacio. Hemos ido aprendiendo que hay algunos instrumentos que suenan o que tienen un papel, y que no tiene por qué ser la guitarra, que es lo que nosotros hemos utilizado siempre.
Lo que hemos hecho es ir viendo qué nos pedía cada canción, igual hay canciones con un bajo distorsionado que se acercaba más al rock y ese tipo de temas sí que pueden recordar más a lo que hacíamos en otras bandas; pero, en general, hemos ido actualizando el estilo a cosas que también escuchamos ahora.

¿En qué bandas se fijan ahora a la hora de crear la música de Arde Marte?

En mi caso (Saray) yo siempre he escuchado mucho bandas como Supersubmarina, Zahara, Love of Lesbian o Amaral, a la vez que escuchaba Distorsion, Soziedad Alkoholika o Extremoduro… al final, siempre estás mezclando estilos y ahora, por ejemplo, estoy super pillada con Chica Sobresalto, que me tiene absorta y me recuerda un poco a lo que hacemos nosotros.
A mí (Sergio), me pasaba que, cuando iba a los festivales, cada vez me fijaba más en grupos en los que no había 4 ó 5 personas en el escenario, y me di cuenta de que había otras maneras de hacer música, y en ese sentido, los directos de Delaporte o Siloé, que también son grupos de dos personas, nos abrieron las miras para ver que se podía hacer así y no estar encorsetados ni depender de un músico en concreto. Todo eso nos ha cambiado mucho la manera de pensar y componer y te das cuenta de que hay terrenos musicales intermedios que, si subes la guitarra, te suena a rock, y si la bajas, te suena a pop, y hay muchos grupos que nos han enganchado.

Por si fuera poco, en su debut también se han atrevido con la producción… ¿ha sido complicado hacerlo todo ustedes mismos?

Bastante, al principio nos juntábamos en el local con un portátil muy básico y sonaba… regular (risas); pero, a base de ir probando, cacharreando, y aprendiendo con tutoriales, íbamos sabiendo, más o menos, cómo hacer las cosas y cómo componer para que sonara bien y, como te decía antes, a pesar del trabajo, estamos muy a gusto con el resultado.
Crear algo que te guste, que cumpla tus expectativas de nivel de lo que estás acostumbrada a escuchar y que, además, lo hayas ‘parido’ tú, es mucho más satisfactorio.

Además, contaban con la ventaja de que, con el confinamiento no había ninguna prisa por cumplir unos plazos determinados ¿no?

Eso es, con el confinamiento, como no se podía tocar en ningún sitio, nos dedicamos a escribir canciones y a acumular material para, cuando se pueda tocar, tener un disco debajo del brazo.
Otra de las ventajas que tiene la música que hacemos es que es más fácil trabajar de esta manera, sin necesidad siquiera de estar juntos. De hecho, cuando llegó el primer confinamiento, ensayábamos en un local que se cerró y, si hubiéramos tenido un grupo al uso, nos habríamos quedado sin un sitio donde poder ensayar; pero de esta forma, hemos acabado quedando en casa de cada uno, porque no nos hace falta más que un ordenador, un micro y una tarjeta de sonido… por supuesto que luego hay que adaptarlo al directo, pero el hecho de estar cada uno con sus auriculares en casa nos ha permitido una comodidad absoluta e ir avanzando con el trabajo.

Dentro de ese espectro musical en el que se mueven, en el disco «Antinomia» demuestran que no renuncian a experimentar con cualquier sonido…

Eso es lo bueno de no tener etiquetas, nadie te va a juzgar por meter tal o cual instrumento… por ejemplo, había un tema, ‘Unanimidad’, con un riff de bajo que, al principio, pensábamos que, a lo mejor, era demasiado cañero pero, al final, dándole unas vueltas, encajaba perfectamente y es de los que más han gustado.
Tenemos esa libertad de no prejuzgar nada, tener la mente abierta y decidir lo que queremos hacer y cómo queremos que suene en directo.

¿Y este va a ser el camino a seguir en los sucesivos trabajos, o pueden cambiar el chip y hacer algo totalmente diferente?

Una cosa que solemos hacer es no guardar mucha plantilla ni mucha cosa preestablecida de lo que ya está hecho; de esta manera, cada vez que empezamos una canción nueva, no reciclamos lo anterior para no acabar haciendo siempre lo mismo y poder innovar. De hecho, parte de lo que hacemos ahora es porque ya habíamos hecho mucha canción rockera con guitarras, y ahora nos apetecían otras cosas que hasta ahora no habíamos hecho.

¿Cómo fue la reacción de la gente al escuchar el disco?

Ha habido de todo: gente que lo ha prejuzgado porque no es lo que hacíamos antes, sobre todo, cuando salimos porque llevábamos tiempo sin hacer nada, pero también ha habido mucha gente que nos ha dicho que les gusta muchísimo aunque sea diferente, porque es más bailable, o porque, al ser en castellano, entienden las canciones… o incluso otros que nos decían que no es lo que suelen escuchar, pero que les ha gustado.

Hablando del cambio de idioma, supongo que la dificultad de escribir en castellano, también ha hecho que le den mucha importancia a las letras en este trabajo…

Es más difícil que escribir en inglés y, además, tiene menos sonoridad, y por eso es más complicado escribir algo que encaje, que tenga sentido y que esté dicho como uno quiere… y la verdad es que, ha habido canciones que se nos han atravesado, también ha habido otras que han salido de una manera más natural. Así que sí que es cierto que le damos mucha importancia a las letras… pero como a todo lo demás ¿eh?