En su segundo encuentro físico con el líder chino, Xi Jinping, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha hecho suya la versión de Pekín y ha condenado las «provocaciones» de EEUU en el marco de la crisis con Taiwán.

«Condenamos las provocaciones de EEUU y sus satélites en el estrecho de Taiwán», aseguró Putin durante la reunión entre ambos celebrada en la ciudad uzbeka de Samarcanda, en el marco de los encuentros bilaterales al margen de la cumbre de la Organización para la Cooperación de Shanghai.

Se trata de la primera reunión entre ambos líderes autócratas desde la que mantuvieron en Pekín en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno en la capital china, y en vísperas de que Rusia lanzara la invasión de Ucrania, «operación militar especial» en el argot del Kremlin. Tuvo lugar en la primera salida oficial al extranjero de Xi desde el estallido de la pandemia de coronavirus allá por enero de 2020, precisamente en Wuhan (China).

En aquel encuentro, ambos líderes sellaron una «amistad sin límites» y China asumió una posición de «neutralidad escorada» al negarse a condenar la invasión de Ucrania y al responsabilizar de la crisis bélica a EEUU y a la OTAN.

«Mundo cambiante»

Xi, a quien Putin ha regalado los oídos subrayando que Moscú apoya el principio de «una sola China», ha asegurado que China está dispuesta a asumir su rol de gran potencia con su vecina y aliada Rusia. «China está dispuesta a trabajar con Rusia para asumir su responsabilidad de gran potencia y jugar un papel de primer nivel para inyectar estabilidad y energía positiva (sic) en un mundo cambiante y caótico».

Esta referencia a la estabilidad y positividad está en las antípodas de una guerra como la de Ucrania, y más de una guerra con mayúsculas como la que los halcones e ideólogos panrusos del euroasianismo exigen que decrete Putin en plena contraofensiva ucrania.

El líder ruso ha valorado el hecho de que Pekín haya mantenido siempre «una postura equilibrada» sobre Ucrania, pero ha reconocido explícitamente las dudas que genera en Pekín el incremento de la tensión europea y mundial. «Comprendemos sus preguntas y preocupaciones, y durante la reunión de hoy, por supuesto, explicaremos detalladamente nuestra postura sobre este asunto, aunque ya hemos hablado antes de ello», ha dicho.

Xi, que ha llamado condescendiente «querido amigo» a su colega ruso, ha destacado que ambos han mantenido «contactos estratégicos» incluso durante la pandemia.

Putin ha insistido en que «los intentos de crear un mundo unipolar han adquirido últimamente un cariz repugnante y absolutamente inaceptable para la mayoría de países del mundo».

Putin y Xi han participado en una cena oficial en víspera de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), liderada por Rusia y China, y en la que Irán ha firmado un memorando de ingreso. Integran, además, la OCS las repúblicas centroasiáticas de Uzbekistán, Kazajistán, Kirguizistán y Tayikistán, estas dos últimas inmersas en choques fronterizos, e India y Pakistán.

A Rusia se le abre otro frente en Asia Central

Moscú sigue con atención la situación en la frontera entre Kirguistán y Tayikistán, donde el miércoles tuvo lugar un nuevo choque fronterizo, y llama a Bishkek y Dushambe al diálogo político.

Kirguistán y Tayikistán se acusaron mutuamente de un nuevo choque fronterizo con armas ligeras y morteros, en un enfrentamiento en el que resultaron heridos dos guardias fronterizos kirguises.

Los recurrentes conflictos en la zona obedecen a que de los 980 kilómetros de frontera que comparten estas dos antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central han sido demarcados solo unos 580.

Los representantes fronterizos de las dos partes sostuvieron una reunión para estabilizar la situación y acordaron establecer patrullas de ambas partes para observar la situación en la frontera.

El incidente más grave de los últimos años se produjo en abril de 2021, cuando fallecieron hasta 43 personas y más de 250 resultaron heridas.

El 1 de mayo de ese año ambos países acordaron un cese total de las hostilidades.