Daniel   Galvalizi
Periodista

Por qué Podemos le puede aguar la noche del 28M al PP

La formación morada exhibe resiliencia electoral y podría acabar obteniendo escaños en varios parlamentos y ayuntamientos donde las encuestas hace no mucho los daban por debajo del suelo del 5%. El reparto proporcional perjudicaría al PP en Madrid, País Valencià, Illes Balears y Extremadura.

Cierre de campaña de Unides Podem-Esquerra Unida en València, con Pablo Iglesias.
Cierre de campaña de Unides Podem-Esquerra Unida en València, con Pablo Iglesias. (Rober SOLSONA | EUROPA PRESS)

Todo listo para que los ciudadanos del Estado español acudan a las urnas para elegir sus autoridades municipales. En 12 comunidades autónomas (todas menos la CAV, Castilla y León, Catalunya, Andalucía y Galiza) se elegirá gobierno regional y en tres (la CAV, Illes Baleares y Canarias) las diputaciones provinciales por voto directo.

La tendencia general es un crecimiento del voto conservador y se constata la casi defunción de Ciudadanos, el partido con extensión territorial estatal que más votos perderá con respecto a hace cuatro años, y sus votos serán aspirados casi 9 de cada 10 por el Partido Popular y Vox. La formación de derecha radical y populista será la que más crecerá, no sólo por estas más instalado en la opinión pública sino por el mero hecho de haber aumentado en 270% su cantidad de listas municipales en comparación con 2019.

Migraña parlamentaria

Quien más pone en juego este domingo es el PSOE (10 de las 12 que comunidades están gobernadas por ellos) y sus aliados soberanistas y nacionalistas, con los que cogobierna en Nafarroa, País Valencià, Illes Balears y Canarias. En Madrid y Murcia el PP arrasará y la lectura del día después puede ser un viraje claro a la derecha.

Pero aquí aparece el sistema electoral y la democracia parlamentaria. Quien gana no necesariamente gobierna. Hace no muchas semanas, el PP iba nítidamente a arrebatarle el poder al tripartito PSOE-Compromís-Podem en la Generalitat Valenciana, al de PSOE-Més-Podem en Balears y a una mayoría absoluta propia, sin siquiera necesidad de Vox, en la comunidad de Madrid, además de una mayoría clara de derechas en el consistorio de la capital del Estado.

Sin embargo, la realidad ahora es otra. A pesar de las indudables mejoras en las encuestas en todas las circunscripciones, un partido asoma en el horizonte para provocarle una migraña parlamentaria al PP: Podemos, en alianza con Izquierda Unida y Alianza Verde en todos lados (salvo Asturies y Zaragoza).

¿Por qué? Porque al superar el suelo electoral del 5%, la formación morada entraría y cambiaría la ecuación de reparto  de escaños que el sistema D’Hont utilizado, y que cuando aparece una nueva fuerza perjudica a la primera minoría. Blanco sobre negro: cuanto más minorías en los parlamentos hay, más disminuyen las cantidades de la primera y segunda fuerzas. También ayuda la desaparición de Cs, que otorga una muleta menos al PP. Paradoja: la tan criticada y comentada división de las izquierdas podría salvar la noche de varios gobiernos.

Los casos más emblemáticos: sin duda el País Valencià. Los encuestadores al unísono han dicho que sin Unides Podemo superando el suelo del 5%, la mayoría PP-Vox era un hecho. Quien lidera a los morados es el vicepresident Héctor Illueca, quien en las últimas semanas ha subido en intención de voto y se estaría asegurando la entrada de su grupo a Les Corts.

El otro caso es Madrid, epicentro del poder conservador españolista. Allí todos los especialistas también coinciden en que si Podemos no supera el 5%, la mayoría absoluta de Díaz Ayuso es segura. No sólo los políticos sino muchos medios progresistas han informado de esta situación, y entre ello y que la performance de la candidata morada Alejandra Jacinto tanto en el debate como en la campaña ha sido buena, las posibilidades de que se evite la mayoría absoluta del PP son ahora altísimas y dependen de la movilización del electorado.

Más aún en el ayuntamiento de la ciudad de Madrid: allí el fenómeno cultural que se ha vuelto Ayuso no se repite con el alcalde Martínez-Almeida, que no alcanza ni por asomo al 45% de los votos de su jefa. Por tanto, algunas encuestas muestran que si el atleta Roberto Sotomayor, candidato de Podemos, entra como concejal (esto sí es menos probable), la sumatoria de escaños podría directamente arrebatarle a la derecha el municipio porque podrían sumar un edil mas la suma Más Madrid-PSOE-UP, ante la desaparición probable de Ciudadanos, que no llegaría al 5%.

En el archipiéalgo balear sucede algo similar: el PP repunta y Vox mejora sus resultados, Cs se queda fuera u obtendría solo un escaño, el PSOE baja pero la resistencia de Podem (mantendría misma cantidad) y la mejora de los soberanistas de Més (aumentarían un escaño) lleva a que los bloques estén empatados y que seguramente los dos legisladores del PI (una especie de Convergència i Unió de Mallorca) acabarán decidiendo el Govern.

También en Extremadura la resiliencia de Podemos salvaría al PSOE, que hoy tiene mayoría absoluta. Cs desaparece y entra Vox al parlamento autonómico pero Podemos, que estaba a la baja, ha mejorado en las últimas semanas y mantendría los cuatro escaños que le permitirán al barón Fernández Vara seguir al frente de la Junta a pesar de empeorar sus resultados.

Inteligencia estratégica de la izquierda

En la previa de la campaña, especialmente los primeros cuatro meses del año, el enfrentamiento entre la vicepresidenta Yolanda Díaz y la cúpula de Podemos (afín a Pablo Iglesias) monopolizó los titulares periodísticos sobre la izquierda española. El lanzamiento de la candidatura de Sumar fue el pico de tensión.

Pero ambos sectores, junto con los aliados Más Madrid y Compromís, han demostrado una inteligencia estratégica notable en la campaña. Explícita o implícitamente han intentado que Podemos resista y allí donde su entrada era clave, hacerlo saber.

Lo de Díaz también ha sido destacable. Parecía un sudoku imposible pero lo logró: fue clara y concreta allí donde era necesario. Para las autonómicas valencianas, apoyó sin titubeos a Illueca, y para la alcaldía de València (en donde la entrada de Podem es casi imposible), a Joan Ribó (Compromís).

En Madrid hizo lo propio: su primer acto de campaña fue con el vicealcalde Jesús Santos, de Alcorcón, en el cinturón rojo madrileño, acompañada por los candidatos a presidenta regional y alcalde de la capital. La primera foto de campaña fue con Podemos en donde su presencia será clave.

Este domingo se verá si todo esto alcanza para aguarle la primera noche electoral de envergadura estatal como líder de la oposición a Alberto Núñez Feijóo.