
El obispo de Donostia, Fernando Prado, ha asegurado este jueves que resulta «chocante y doloroso» que se pretenda presentar el monumento al Sagrado Corazón del monte Urgull como un «símbolo franquista y un instrumento de exaltación dictatorial» cuando esta imagen «habla más bien de amor y de paz».
Prado, al igual que hizo previamente el alcalde Eneko Goia, ha rechazado las propuestas formuladas por el Grupo de Simbología del Consejo Asesor de Memoria Histórica del Ayuntamiento, cuyos miembros pidieron al Gobierno municipal que no repare esa estatua, no organice actos conmemorativos por su 75 aniversario y solicite al Estado que la incluya en el catálogo de elementos contrarios a la memoria democrática.
En una misiva de ocho páginas, Prado afirma que esta escultura ubicada en la cima del monte Urgull «responde a una motivación exclusivamente religiosa y popular, ajena a cualquier propaganda político-partidista».
El obispo argumenta que la idea de levantar el monumento no surgió en 1950 sino que su origen se remonta en torno al año 1926 y que, por tanto, se trata de un «proyecto anterior al franquismo institucionalizado».
El Grupo de Simbología aportó en su solicitud el acta en la que el Ayuntamiento asumía la construcción de la estatua en 1938, con un evidente tono de apología franquista.
«Proyecto anterior al franquismo institucionalizado»
«La idea de erigir la estatua no pretendió ser nunca un monumento a Franco ni a los caídos ni nada similar sino ser un homenaje a la misericordia divina de muchos sacerdotes, religiosos y laicos para sostener la esperanza en medio de un tiempo convulso», defiende.
Señala que no ha habido ni hay ningún símbolo que no sea estrictamente religioso en la estatua o en el entorno y recalca que el Ayuntamiento de Donostia autorizó por unanimidad su construcción debido al «fortísimo respaldo y empuje popular» como demuestra el «abultado resultado» que tuvo la «cuestación popular». El prelado obvia que ese ayuntamiento no era fruto de la voluntad popular, sino que esa «unanimidad» se impuso por las armas.
El obispo de Donostia recuerda además que la ceremonia de inauguración también «evidencia la naturaleza del monumento» ya que en ella no estuvo Francisco Franco ni ningún otro miembro del gobierno o la Falange y «no hubo discurso político de exaltación del régimen ni símbolos partidistas».
En su opinión, afirmar que el Sagrado Corazón es un monumento para la «exaltación franquista es una tesis que difícilmente se sostiene ante la historia de los hechos». «Quienes así lo afirman parecen ignorar la extensa documentación recogida en tantos boletines, actas, artículos y libros escritos al respecto», recalca.
«Se trata de una ‘leyenda urbana’»
«Se trata, por tanto, de una inferencia errónea que, a lo largo de los años, ha podido crecer como ‘leyenda urbana’ a pesar de ser algo absolutamente falso», afirma.
El obispo indica que «la denominada memoria histórica no implica borrar todo rastro de la tradición religiosa sino poner en contexto cada elemento del pasado» y dice que, por ejemplo, «a nadie se le ocurriría proponer la demolición de la Antigua de Zumarraga cuyo origen se remonta al siglo XVI por ser un símbolo cristiano».
«A nadie se le ocurriría tampoco demoler el Hospital Donostia por el mero hecho de haber sido construido durante el franquismo y por haber sido inaugurado por el mismo Franco o derruir el instituto Usandizaga», sostiene.
Por último, el obispo invita a los donostiarras, sin excepción, a valorar este monumento como un verdadero símbolo vivo de esperanza, confía en que el Ayuntamiento y la Diputación de Gipuzkoa se comprometan a «seguir conservando este patrimonio» y anuncia que la diócesis prepara actos para conmemorar el 75 aniversario de la inauguración de una imagen que «forma parte del paisaje y de la memoria ciudadana, urbana y religiosa de Donostia».
El Consejo rechaza sin contrapropuesta
La propuesta del Grupo de Trabajo fue abordada este miércoles tarde en el Consejo de Memoria Histórica, que no la atendió, según ha explicado este jueves el propio Grupo (del que forman parte EH Bildu y Elkarrekin Podemos, pero no PNV y PSE).
Según explican en una nota, en la reunión del Consejo «no se presentó ninguna otra información complementaria que demuestre otro origen diferente de la escultura que no sea el derivado del acta del Pleno del Ayuntamiento del 31 de mayo de 1939, en el que queda perfectamente demostrada la motivación principal y exclusiva de exaltación del alzamiento franquista y su carácter defensor del nacional-catolicismo».
«El Grupo de Trabajo continuaremos trabajando para buscar otras fórmulas para incluir el Sagrado Corazón en el Catálogo de símbolos y elementos contrarios a la memoria democrática», avanza.
Junto a ello, revela que el Consejó estimó «necesario revisar el catálogo de simbología franquista en edificios privados de la página web del Ayuntamiento, dado que está desactualizado, y de los 16 símbolos actuales solo quedan tres y habría que incluir otros tres recientemente aparecidos».

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