
Más muertes y hambruna en las horas previas a que Israel decida la «solución final» sobre Gaza, a la que el presidente de EEUU, Donald Trump, parece dar luz verde. El inquilino de la Casa Blanca dejó en manos de su aliado la decisión del anunciado plan de ocupar toda la Franja.
«La verdad es que no puedo decir nada. Eso dependerá en gran medida de Israel», afirmó Trump, que dijo desconocer el plan del Gobierno israelí y señaló que «está centrado» en la distribución de ayuda, a pesar del caos y muerte que están provocando sus estrategias.
Después de que el Ejército israelí matara el martes a al menos 135 personas, ayer hasta el anochecer se confirmaron las muertes de 38 más, 17 de ellas tiroteadas cuando buscaban ayuda. También atacó la sede de la Media Luna Roja en Jan Yunis después de otro bombardeo en el que mató a un trabajador humanitario el fin de semana.
Además, emitió una nueva orden de evacuación dirigida a los residentes del barrio de Zeitun, en la ciudad de Gaza. «Ya habéis sido avisados, el Ejército de Israel sigue adelante con sus operaciones hacia el oeste», amenazó su portavoz en árabe, Avichay Andraee.
Cerca del 90% del territorio palestino se encuentra ya ocupado o bajo órdenes de ocupación, lo que suponen colocarlo como objetivo de bombardeos aéreos, incursiones terrestres y destrucción total.
El plan de Netanyahu es ahora ocupar todo el territorio y acelerar la aniquilación combinando ocupación, masacres y hambre, y poniendo en peligro la supervivencia de los propios prisioneros israelíes.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, defendió al jefe del Ejército, Eyal Zamir, por las reticencias que expresó sobre este plan, aunque sostuvo que tendrá que acatar lo que decida el Gobierno.
«Es un derecho y un deber del jefe del Estado Mayor expresar su opinión en los foros apropiados», pero añadió que «después de que se tomen decisiones en la cúpula política, el Ejército acatará de manera resuelta y profesional lo que se decida, como se ha hecho hasta ahora». Respondió así al hijo del primer ministro, Yair Netanyahu, que acusó a Zamir de liderar «una rebelión y un intento de golpe militar propio de una república bananera en Centroamérica en los años 70».
El Ejército pone de relieve el riesgo de operar en lugares donde cree que se encuentran retenidos los prisioneros israelíes . Dice temer que las milicias palestinas los ejecuten ante el avance de las tropas, pero sabe que también sus propias acciones los pondrán en riesgo.
La muerte de israelíes por fuego de los soldados ya ha ocurrido en otras ocasiones durante los dos años de ofensiva e incluso el mismo 7 de octubre de 2023 colonos israelíes fueron abatidos por los helicópteros de su propio Ejército. De hecho, los prisioneros han quedado en segundo lugar en la estrategia seguida por Israel, que ha dado prioridad a la destrucción de vidas en Gaza y en crear las condiciones para la expulsión de su población.
BAJAS ISRAELÍES
Según la cadena pública israelí, Kan, la cúpula militar cree, además, que ocupar toda Gaza provocará un aumento considerable de las bajas israelíes. Al menos 450 soldados israelíes han muerto desde que comenzó la última ofensiva contra los palestinos de Gaza, y la sociedad israelí, indiferente en su mayoría al sufrimiento palestino, sí que es sensible a estas bajas.
El Departamento de Rehabilitación del Ministerio de Defensa reveló ayer que ha tratado ya a 80.000 soldados heridos, incluyendo 26.000 por «enfermedad mental» -la tercera parte por «estrés postraumático»-, desde que comenzó la ofensiva contra Gaza, y advirtió de «un gran desafío nacional» en medio de un aumento de suicidios y una tensión en todo el sistema.
También el líder de la oposición, Yair Lapid, advirtió a Netanyahu de que la ocupación total de la Franja «es una pésima idea a nivel moral, operativo y económico. (...) Pagaremos un alto precio por ello».
En cambio, propuso «atraer a Egipto a Gaza, para que haya otro Gobierno que la gestione en vez de nosotros, y después centrarnos en lo importante, que es eliminar a Hamas».
En los últimos días, la presión sobre Netanyahu ha aumentado tras la publicación por parte de Hamas y la Yihad Islámica de vídeos que muestran a dos prisioneros israelíes debilitados. Los grupos palestinos recordaron que comen lo mismo que los milicianos.
Su difusión provocó una indignación y conmoción en Israel y en Ejecutivos occidentales que no ha causado la hambruna extendida a más de dos millones de personas y la muerte por hambre provocada de forma deliberada ya de más de 193 personas, después de los cinco fallecimientos confirmados ayer.
El Gobierno palestino señaló que en los últimos diez días solo han entrado 853 camiones con suministros, de los aproximadamente 6.000 que deberían haber entrado en ese periodo, un promedio de 85 camiones al día. Recordó que Gaza necesita al menos la entrada diaria de 600 camiones de ayuda y combustible para cubrir las necesidades mínimas de salud, servicios y la alimentación. Algunos días, la cifra de camiones no llega al centenar y la mayoría se ven sometidos a controles, bloqueos de caminos y desvíos por rutas peligrosas con el propósito de obstaculizarlos.
En esas condiciones, los camiones que acceden a Gaza son saqueados ante la falta de medidas de seguridad que Israel se ha encargado de eliminar. Así, impide que puedan llegar de forma segura a los almacenes para que la ayuda pueda ser distribuida.
20 MUERTOS AL ABORDAR UN CAMIÓN
En la madrugada de ayer una veintena de personas murieron y decenas resultaron heridas tras volcar un camión que llevaba ayuda humanitaria cuando la multitud hambrienta se encaramó al vehículo en la zona de Nuseirat. Por otra parte, colonos israelíes asaltaron y apedrearon un convoy de 30 camiones enviado por Ammán, el segundo ataque esta semana a un convoy jordano. Jordania denunció los obstáculos de las propias autoridades israelíes que hacen que el viaje de un convoy que normalmente emplea dos horas desde Ammán a Gaza, ahora suponga unas 36 horas.
Médicos Sin Fronteras denunció que siguen llegando heridos con disparos o atropellados en los puntos de distribución de ayuda.
El Ejecutivo de Gaza denunció también que los efectos negativos de los lanzamientos de ayuda desde el aire, con los que varios países quieren tapar su falta de acciones efectivas, son «mucho mayores que cualquier beneficio que puedan obtener los hambrientos» ya que provocan la muerte de civiles y destruyen casas y tiendas.
Las agencias de la ONU y las ONG instaron a Israel a derogar el requisito de compartir información personal sensible sobre sus empleados palestinos, o se verán obligados a cesar sus operaciones humanitarias en Gaza y Cisjordania. Esta política ya ha impedido la entrega de medicamentos, comida y otros recursos básicos a decenas de organizaciones.
Hizbulah ignorará la decisión de desarmarle
Hizbulah ignorará la decisión del Ejecutivo libanés de desarmar al grupo chií antes de que acabe el año, por considerar que sirve a los intereses de Israel. «El Gobierno del primer ministro, Nawaf Salam, cometió un grave pecado tomando la decisión de desproveer al Líbano de sus armas de resistencia contra el enemigo israelí. Esto debilita las capacidades y la posición del Líbano ante la actual agresión estadounidense-israelí contra él», alertó el partido-milicia.
El martes, el Consejo de Ministros de Líbano encargó al Ejército que prepare un plan para desarmar a la formación chií en un plazo de cinco meses y ordenó que la hoja de ruta sea entregada antes de finales de este mismo mes, en una decisión tomada entre crecientes presiones estadounidenses. De hecho, el Gabinete seguirá debatiendo hoy la propuesta de plan de EEUU.
«La decisión fue resultado de los dictados del enviado de Estados Unidos (Thomas) Barrack, como mencionan las razones para su presentación en el Consejo de Ministros y las justificaciones para su aprobación», criticó Hizbulah.
Advirtió de que esta medida dejaría al país expuesto ante la entidad sionista sin ninguna forma de disuasión frente a la amenaza a la seguridad, geografía y política libanesas. «Por ello, trataremos esta decisión como si no existiera», zanjó la formación chií.
Sin embargo, se abrió a un diálogo condicionado al previo fin de los ataques israelíes que todavía golpean Líbano vulnerando prácticamente a diario ese al alto el fuego alcanzado hace ya ocho meses, entre otras demandas.
La decisión que intenta contentar a Washington pone al Ejército en una situación de posible enfrentamiento con Hizbulah, y al país en riesgo de guerra civil. Sin embargo, la formación chií quiso tranquilizar al pueblo libanés. «Esta es una nube de verano que pasará», afirmó.

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