Joseba Novoa, marido de Amaya Zabarte, y su letrado, Iker Sarriegi, han remitido una carta al Parlamento de Gasteiz en la que solicitan comparecer ante la comisión de Seguridad para exponer el caso de la aficionada de la Real Sociedad que resultó gravemente herida en la cabeza por una carga de la Ertzaintza en los prolegómenos de un partido de Champions entre el equipo donostiarra y el PSG.

Zabarte, de 44 años y vecina de Irun, fue ingresada en la UCI del Hospital Donostia el 5 de marzo de 2024 tras recibir en la cabeza el impacto de un proyectil Foam disparado a corta distancia. Una vez en el suelo fue además pateada por un agente.  

El pasado 5 de septiembre se cumplieron 18 meses desde que sucedieron los hechos, y Novoa publicó un vídeo en el que denunciaba que «hoy es el día en el que la Ertzaintza no ha puesto delante del juez a quien fue el autor de los hechos. La instrucción está siendo calamitosa no, lo siguiente. A día de hoy todavía no se ha tomado declaración a ningún ertzaina por parte de la instructora y hasta noviembre no va a tomar declaración».

Ante la falta de resultados, tanto él como su letrado solicitan ahora comparecer en el Parlamento para trasladar de primera mano a los representantes políticos su «particular viacrucis». Apuntan que su objetivo es encontrar a los responsables para que «se haga justicia y que no se vuelva a repetir lo sucedido, que le podía haber pasado a cualquiera».

No se ven incidentes en el vídeo

Novoa y Sarriegi recuerdan que en el vídeo que salió a la luz se ve cómo Amaya recibe un impacto que «solo puede ser compatible con el proyectil de una carga que fue, a todas luces, injustificable porque no había ningún incidente, aunque el atestado dijera lo contrario».

Señalan además que el caso fue en principio archivado y que tuvieron que recurrir ante la Audiencia Provincial de Gipuzkoa para que se decretara su reapertura y se ordenara al juzgado de instrucción practicar diligencias, entre ellas la toma de declaración de la perjudicada que «no duró más de diez minutos».

Aseguran no entender que no se haya tomado declaración a los agentes implicados y que no se haya celebrado un juicio, por lo que tienen una «sensación de desamparo. Solo pedimos que se nos escuche, que le expliquen a mi mujer por qué se tiene que acostar en la cama todos los días en varias ocasiones para tratar de volver a ser la mujer que fue un día».

«Solo pedimos y exigimos justicia porque queremos creer, pero no podemos aceptar lo que nos ha pasado y lo mal que nos han tratado, como si fuéramos culpables en lugar de víctimas», lamentan.