Assata Shakur ha fallecido a los 78 años en Cuba, donde vivía exiliada desde hacía cuatro décadas tras protagonizar una de las fugas más sonadas de la historia al huir de la prisión de Hunderton, en New Jersey, Estados Unidos. Histórica militante de Black Liberation Army y de los Black Panthers, fue una figura central en la historia de los movimientos de liberación afroamericanos del siglo XX en Estados Unidos.

Ha sido el Gobierno de Cuba quien ha dado a conocer la noticia del fallecimiento de Shakur, que se ha producido «como consecuencia de padecimientos de salud y su avanzada edad».

JoAnne Deborah Byron nació en julio de 1947 en la ciudad de New York y se convirtió en Assata Shakur tras graduarse en la City College. Militó en el partido Black Panthers y en el Black Liberation Army, y sufrió en sus propias carnes la tortura y la cárcel, también el exilio. 

Fue detenida el 2 de mayo de 1972 en un control policial en Nueva Jersey y encarcelada acusada de matar a un agente de policía y de múltiples delitos.

Tras un controvertido juicio, Shakur fue declarada culpable y sentenciada a cadena perpetua en 1977. Sin embargo, dos años después la activista logró escapar de la prisión de máxima seguridad de Hunterdon County en 1979 y, tras permancer varios años huida, se refugió en Cuba en 1984, país en el que le otorgaron asilo político. Años después, en 1994, el congreso de los Estados Unidos solicitó su extradición, si bien no llegó a producirse.

Desde hace veinte años su nombre formaba parte de la Lista de Terroristas del FBI, con una recompensa de un millón de dólares. Además, en 2013 el FBI la añadió a la lista de «terroristas más buscados», y aumentó la recompensa para quien la capturara a 2 millones de dólares. Sin embargo, ha fallecido en el exilio sin que el FBI haya conseguido dar con ella.

Una vida así es digna de ser contada, y así lo hizo, en primera persona, a través de una autobiografía publicada en 1988, un best seller con prólogo de Angela Davis que Danele Sarriugarte tradujo al euskara en 2022.