«La estación de ferrocarriles de Debaltsevo está parcialmente en manos de los rebeldes. Hay combates en la ciudad», ha admitido un alto cargo del Ministerio ucraniano de Interior.

Un portavoz de las milicias antigubernamentales ha confirmado los combates y ha asegurado que «las milicas controlan la mayor parte de la ciudad», incluidas la estación ferroviaria y la comisaría.

«Se puede decir que las bajas mortales (entre los soldados ucranianos) son numerosas. Podemos hablar de decenas de personas», ha explicado otro portavoz de las milicias a la agencia Interfax.

Ha añadido que «el régimen del alto el fuego no se extiende» a Debaltsevo, que conecta por ferrocarril Donetsk y Lugansk y donde los combates no han cesado desde la entrada en vigor del alto el fuego el pasado domingo.

Los observadores de la OSCE tienen previsto llegar próximamente a este enclave, después de que Alemania haya asegurado que ha acordado con los presidentes de Rusia y de Ucrania que este personal «tenga libre acceso» al este de Ucrania.

Armamento pesado

Sin embargo, el llamamiento de Berlín para la retirada del armamento pesado parece haber tenido una respuesta desigual hasta el momento. El portavoz de la milicia Denis Pushilin ha explicado a Reuters desde Donetsk que los combates en Debaltsevo son «una cuestión moral». «Es territorio interno nuestro», ha añadido.

«Tenemos todo listo para una retirada recíproca. No haremos nada unilateralmente», ha señalado.

Las Fuerzas Armadas ucranianas también sostienen que podrían no retirar el armamento pesado debido a la actividad de las milicias.

No obstante, el líder de la autoproclamada República Popular de Lugansk, Igor Plotnitski, ha asegurado que las milicias asentadas en la región están retirando ese armamento en cumplimiento de los acuerdos de Minsk.