EDITORIALA
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Contra la incineradora, con la razón y el corazón

La nutrida protesta en la que diferentes columnas de vecinos de varios pueblos de Gipuzkoa convergieron en Zubieta dejó un mensaje nítido y evocador: Quien tiene cabeza no quiere una incineradora en su pueblo; quien tiene corazón no la desea en el pueblo vecino. Ciertamente, la razón dice que por mucho que el lobby pro-incineradora vea en la basura una joya preciada y en la incineración un negocio lucrativo, la salud pública y un futuro sostenible no tienen precio. Dice asimismo que la necesidad de rentabilidad la inversión de una obra millonaria anula la puesta en marcha de políticas encaminadas a la reducción y reutilización de los residuos. En definitiva, la incompatibilidad de incinerar y reciclar. Una sencilla pregunta revela la trampa: ¿Por qué y para qué reciclar y aprovechar la basura si la necesita la incineradora?

El corazón, la sensibilidad ecológica y el compromiso con un futuro mejor no pueden permanecer sin reacción ante la generación de gases tóxicos con compuestos cancerígenos como la dioxina, la producción de escoria o el vertido de lixiviados, tan comunes en el normal funcionamiento de las incineradoras. Nadie puede permanecer ajeno ante un despropósito que puede dañar la salud de sus convecinos, que asfixia el medio ambiente y que atenta contra el bien común. En ese sentido, el mensaje que ayer trasmitieron los ciudadanos que se conjuraron para unir sus voluntades y luchar contra esa monstruosidad estaba lleno de un sentimiento de fraternidad, de solidaridad y compromiso por un país que no haga de sus residuos el combustible de una infraestructura tan dañina. No quieren la incineradora cerca de sus casas, en Zubieta, ni tampoco al lado de la de sus paisanos.

Más que un rechazo retórico, se comprometieron en primera persona del singular a trabajar por reducir los residuos, reciclarlos y, en la medida de lo posible, reutilizarlos. Eso es actuar con cabeza y tener buen corazón. Ese es el camino y la agenda. La verdadera materia prima vasca.