El Juzgado de lo Penal número 5 de Donostia, primero, y la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Gipuzkoa, después, determinaron que el ertzaina 10.514 faltó a la verdad en el relato de los hechos en los que acusaba a la joven Edurne Martínez de haberle dado patadas durante su detención el 19 de abril de 2013 en el muro popular de Donostia, lo que causó diversos daños al agente y conllevaba una acusación de atentado por el que la Fiscalía pedía 15 meses de prisión.

Un vídeo presentado por la defensa demostró que las acusaciones no eran ciertas o, como escribió la jueza, las pruebas «avalan las manifestaciones de la acusada, que afirmaba que el agente faltaba a la verdad en el relato de los hechos». El recurso ante la Audiencia solo sirvió para que quedara acreditado que la joven tampoco lanzó «varios manotazos y patadas mientas le engrilletaban».

La acusada no ha querido actuar judicialmente contra el ertzaina porque prefiere olvidar lo ocurrido y pasar página una vez que evitó la condena.

Lakua deja hacer

Al conocerse la primera sentencia, el parlamentario de EH Bildu Julen Arzuaga interpeló a la consejera, Estefanía Beltrán de Heredia, que en un pleno defendió la presunción de inocencia del agente y se agarró a que la sentencia había sido recurrida por la Fiscalía.

Pero lo cierto era que el recurso fiscal no afectaba al relato de los hechos en el que constaba la falsedad de la acusación. E, incluso así, la resolución de la Audiencia agravó la evidencia de la manipulación policial.

Sin embargo, preguntada de nuevo sobre el caso, la consejera ha respondido al Parlamento que el referido agente «no ha sido juzgado, ni mucho menos condenado, por falso testimonio». Y a ello se aferra para justificar que no tomará medidas internas contra dicho ertzaina.

Cabe recordar que si la defensa de la joven, representada por Iñigo Iruin, no hubiera contado con un vídeo que desmentía la versión del agente 10.514, Edurne Martínez se exponía a una condena por un delito que se ha demostrado que no cometió.