Ramón SOLA
DONOSTIA

Planes Lectores y potenciación de Magisterio tras el desplome en PISA

Los pésimos resultados del reciente informe PISA fueron relativizados ayer en el Parlamento por la consejera de Educación, Cristina Uriarte, que achaca buena parte del problema a cambios en la evaluación. No obstante, habrá retoques: un Plan Lector por centro, formación del profesorado, quizás una prueba de acceso a Magisterio...

El tremendo bajón de puntuación del alumnado de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa en la evaluación internacional PISA, revelado el pasado 6 de diciembre, ha generado más inquietud en la sociedad que en los responsables de Educación de Lakua según dejó claro ayer en el Parlamento la consejera, Cristina Uriarte. «No podemos caer en un análisis injusto e irreal de nuestro sistema educativo –puso por delante en su comparecencia–. Tenemos una sociedad bien formada gracias a él, y también lo será así en el futuro».

Uriarte puso dos grandes matices a esos resultados. Por un lado, los achaca en buena parte a las modificaciones en la metodología de la prueba, con cambios relevantes en la muestra de alumnado (se ha reducido, sube el porcentaje de evaluados de modelo D mientras baja el de familias euskaldunes, la media es socioeconómicamente más baja...) y con la conocida novedad de haberse realizado por ordenador. Por otro, indicó que tras la evaluación (2015) ya se habían introducido cambios que mejorarían esos resultados, como el incremento de un 71% en las horas dedicadas a ciencias de la naturaleza en ESO.

Dicho esto, algunos datos de este PISA 2015 resultan muy contundentes, según la segmentación ofrecida por Uriarte. Por ejemplo, el alumnado de modelo A en enseñanza concertada baja 14 puntos en comprensión lectora y 25 en matemáticas. En consecuencia –«y sin precipitarnos», matizó–, tras unos primeros contactos con representantes educativos y centros evaluados se avanzan varias medidas.

Destaca que cada centro educativo deberá elaborar su Plan Lector durante el curso 2017-18. Uriarte incluyó la advertencia de que la educación es tarea de toda la sociedad y conlleva por ejemplo «esforzarse en que un hijo adquiera hábitos de lectura cuando está en casa».

La consejera anuncia también la potenciación de la formación del profesorado, aunque destacó su buen nivel actual, y anticipó que se analiza con las universidades vascas «la posibilidad de crear una prueba de acceso específica para acceder al Grado de Magisterio, de forma que su propia capacitación esté bien orientada desde el inicio».

Por lo que respecta a las aulas, Uriarte afirmó que apuestan por un aprendizaje «basado en competencias» más que en la mera adquisición de conocimientos, y en la práctica real más que en la pura teoría. Planteó un paulatino «abandono del academicismo y la enseñanza de carácter expositivo para pasar a un modelo más investigativo» y «que potencie el pensamiento lógico». Todo ello «sin virajes bruscos», insistió.

EH Bildu alerta de las «dos velocidades»

La primera fuerza de la oposición, EH Bildu, consideró que estos resultados «constatan la tendencia a la baja de nuestro sistema» y especialmente son preocupantes por reflejar «una sociedad de dos velocidades debido a la brecha cada vez mayor entre la red pública y concertada» (de esta realidad alertaba igualmente anteayer el informe de Save the Children). Rebeka Ubera demandó por tanto una reflexión en profundidad y dar respuesta específica a las necesidades de cada centro.

En el extremo contrario se situó Juana Bengoechea, del PP, que ya antes de oír a la consejera dijo que el problema «es el modelo» y lo reiteró posteriormente. Se declaró molesta porque «parece que ha suspendido el profesorado» y no un sistema «que hay que repensar».

José Antonio Pastor (PSE) también creyó entender que Uriarte no plantea más solución que preparar al profesorado para tener mejor resultado en PISA. Por su parte, Cristina Macazaga (Podemos) tildó los resultados de «desastre».