El Parlamento alemán ha dado este miércoles luz verde, por 454 votos a favor frente a 113 en contra y 18 abstenciones, al tercer rescate para Grecia, que ascenderá a 86.000 millones de euros.

El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, había abierto la sesión pidiendo al Parlamento el sí al rescate en nombre del Gobierno de Merkel con el argumento de que solo así puede volver a crecer la economía helena, al tiempo que había subrayado que los ajustes son «irrenunciables» para seguir en el euro.

Además, ha afirmado que «por supuesto, tras la experiencia de los últimos años y meses no hay ninguna garantía de que todo funcione y es tolerable tener dudas».

La decisión de apoyar un tercer rescate para Grecia, ha reconocido el titular de Finanzas alemán, no es fácil, especialmente «tras la experiencia de los últimos meses», en referencia a las diferencias con el Gobierno del primer ministro griego, Alexis Tsipras.

«No está fácil, pero está en juego la construcción y la estructura de la unión monetaria», ha dicho Schäuble, quien ha incidido en el rechazo que crea en sus propias filas conservadoras el rescate, al que Alemania debe contribuir con 23.200 millones de euros.

En la votación se ha repetido lo ocurrido en la del 17 de julio, que dio el visto bueno a la apertura de negociaciones para el paquete y donde 60 diputados del grupo conservador de Merkel –con un total de 331 escaños– rechazó la propuesta.

Pese a ello, tanto entonces como ahora la propuesta ha obtenido un amplio respaldo, ya que la gran coalición de Merkel controla un 80% de la Cámara.

Por parte de la oposición, los Verdes también han apoyado el rescate, mientras que los miembros de La Izquierda han votado en contra o se han abstenido.

Schäuble ha recordado en su intervención que desde que estalló la crisis se habían creado los «mecanismos necesarios» para «fortalecer» el euro y ha citado ejemplos como Irlanda y el Estado español.

Junto a eso, ha indicado el ministro, se percibe un «cambio fundamental» en Grecia, fruto de las intensas negociaciones y de la evolución de los acontecimientos en los últimos meses.

Por eso, y pese a que hay «buenas razones» para desconfiar y votar en contra, ha abogado por dar luz verde al tercer rescate heleno.

Pese a que, según Schäuble, «no hay garantías de que todo va a funcionar», sería «irresponsable no permitir un nuevo comienzo para Grecia», concluyó el peso pesado del Gobierno de Merkel.