Saud Abú Ramadán (EFE)
CIUDAD DE GAZA

Egipto hunde decenas de túneles de Gaza llenándolos de agua de mar

Egipto ha inutilizado en las últimas semanas decenas de túneles de contrabando con la Franja de Gaza llenándolos de agua de mar. Residentes y expertos advierten de que puede convertirse en un grave riesgo económico y medioambiental.

Una excavadora egipcia trabaja en la zona fronteriza con la Franja de Gaza. (Said KHATIB/AFP PHOTO)
Una excavadora egipcia trabaja en la zona fronteriza con la Franja de Gaza. (Said KHATIB/AFP PHOTO)

Abú Suhayb, de 48 años y residente de la ciudad fronteriza de Rafah, perdió el pasado jueves su única fuente de ingresos cuando el túnel del que era propietario se hundió al ser inundado, al igual que muchos otros.

«Desde principios de setiembre, el Ejército egipcio ha insertado cañerías en grandes agujeros excavados bajo la frontera y los ha llenado con grandes cantidades de agua del Mediterráneo», lamenta, en declaraciones a Efe.

Hace dos años, El Cairo ordenó levantar una zona de control de 14 kilómetros a lo largo de la frontera con Gaza y comenzó a destruir los cientos de túneles por los que se abastece la Franja desde que empezó el férreo bloqueo israelí, hace más de ocho años.

Ahora, Suhayb lamenta que la pérdida de su túnel no solo no le permitirá alimentar a sus ocho hijos, sino tampoco a las familias de los quince empleados que trabajaban en él.

«Excavamos túneles porque Israel mantiene las fronteras cerradas y no hay fuentes alternativas de ingresos», explica Abú Reyad, de 39 años y propietario de otro túnel arruinado la semana pasada por la misma técnica.

«Desastre humanitario»

«Si no se levanta pronto el bloqueo y Egipto continúa destruyendo los túneles sin que haya ninguna alternativa creo que habrá un grave desastre humanitario», asegura.

Los residentes de las áreas cercanas a Rafah, muchos de ellos refugiados, se quejan de que llenar los túneles de agua de mar tiene consecuencias negativas para la agricultura, la geología y el medioambiente, mientras que expertos señalan también que puede dañar canalizaciones y otras infraestructuras subterráneas.

Nizar Barhoum, que posee 4.000 metros cuadrados de terreno a menos de 300 metros de la divisoria con Egipto, denuncia que el agua salada va a destruir sus cosechas y dejar su tierra inutilizable.

«El agua marina está dañando el suelo, están apareciendo agujeros que se hunden donde había túneles y antes o después la tierra se desploma», asegura.

Ibrahim Shehada, que vive a unos 400 metros de la frontera, teme que se hunda su casa, por debajo de la cual cree que hay túneles.

Las autoridades de Gaza aseguran que mantienen contactos con El Cairo para detener los hundimientos, pero les han respondido que las actividades están coordinadas con la Autoridad Palestina encabezada por Mahmud Abbas.

Abdel Mayid Nasar, profesor de Ingeniería Medioambiental en la Universidad Islámica de Gaza, explicó a los medios locales que, de continuar la situación, la zona podría convertirse en una marisma, a medida que la tierra se sature de agua y se disuelva y el agua marina se introduzca en los acuíferos subterráneos.

«La tierra bajo Rafah es arenosa y está atravesada por gran cantidad de túneles de larga distancia que pasan bajo la ciudad», dice Nasar, que prevé más colapsos de túneles pronto.

Peligro para las viviendas

«En los próximos días se producirán derrumbamientos de tierra repentinos debido a la desestabilización del suelo de la zona», lo que, asegura, afectará a los cimientos de las casas cercanas a la frontera, algunas de las cuales podrían incluso derrumbarse.

Además, el agua salada dañará las cosechas del sur de la Franja, lo que podría afectar severamente la economía del ya depauperado territorio, advierte Moen Rajab, profesor de Economía jubilado de Gaza capital.

«En poco tiempo, los residentes de la zona tendrán que abandonarla, lo que empeorará aún más la crisis de vivienda» que sufre la Franja.

Durante la operación militar israelí de julio y agosto de 2014 se destruyeron cerca de 13.000 casas y sufrieron daños de diversa intensidad más de 150.000, que aún no han podido ser reparadas ni reconstruidas porque el bloqueo israelí no permite la entrada de materiales de reconstrucción.