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Carlos Urquijo pide «una reacción social que haga imposible» la candidatura de Arnaldo Otegi

El delegado del Gobierno español en la CAV, Carlos Urquijo, ha pedido a través de su blog «una reacción social» que haga «insostenible» que Arnaldo Otegi sea el candidato de EH Bildu a las próximas elecciones. Del mismo modo, ha solicitado «una respuesta adecuada del Estado de Derecho».

El delegado del Gobierno español en la CAV, Carlos Urquijo, junto a Mariano Rajoy, en una imagen de archivo. (Raul BOGAJO/ARGAZKI PRESS)
El delegado del Gobierno español en la CAV, Carlos Urquijo, junto a Mariano Rajoy, en una imagen de archivo. (Raul BOGAJO/ARGAZKI PRESS)

Carlos Urquijo, delegado del Gobierno español en la CAV, ha demandado «una reacción social» que haga «insostenible» que EH Bildu presente a Arnaldo Otegi como su candidato a lehendakari en las próximas elecciones, previstas para otoño.

Urquijo ha realizado la petición a través de su blog, después de que EH Bildu propuesiese la candidatura de Otegi, pese a la inhabilitación impuesta por la Audiencia Nacional española hasta el 28 de febrero de 2021, dado que no especifica el cargo para el que ha sido inhabilitado.

Urquijo considera que esta candidatura supone un «desafío legal evidente» porque, en su opinión, las sentencias de inhabilitación son «absolutamente claras respecto a la imposibilidad». Asimismo, ha solicitado «una respuesta adecuada del Estado de Derecho».

El delegado entiende además que la candidatura de Otegi constituye «sobre todo un desafío moral» porque se trata de una persona «condenada por secuestrar a un directivo de la empresa Michelin en 1979 y que acaba de salir de prisión tras cumplir condena por pertenencia a organización terrorista en grado de dirigente».

Así, señala que «tras tantos años de corrupción» las formaciones políticas han decidido que «no pueden ser representates» aquellos que esten «manchados por delitos». Cuestiona, del mismo modo, «por qué en los informativos, las redes sociales o en las tertulias no se considera inadmisible que un dirigente de una banda terrorista pretenda representar a los ciudadanos en las instituciones» y también plantea «qué tipo de sociedad narcotizada frente al terror se ha ido construyendo para no poner el grito en el cielo ante esta provocación».

El delegado asegura comprender «la repugnancia y el hastío ante tantas conductas bochornosas», pero no así «el silencio, cuando no el aplauso, al conocerse la pretensión del brazo político de una banda terrorista de ofrecer el liderazgo político de uno de sus miembros».