
«No es algo irreal, bien mirado», ha declarado Francken en una entrevista a la cadena belga VTM. «Se está hablando ya de una pena de cárcel (para Puigdemont). Quedaría por ver hasta qué punto sería justo ese juicio», ha añadido el ministro, siempre sobre la hipótesis de que Puigdemont decidiera solicitar asilo en Bélgica, uno de los pocos países de la Unión Europea que puede concedérselo a los ciudadanos del propio bloque europeo.
«Está claro que esto nos pondría en una difícil situación diplomática con el Gobierno español», ha reconocido Francken, «pero es posible, por ley, solicitar asilo en Bélgica; una solicitud que, como todas las demás solicitudes de asilo, será examinada de manera objetiva, correcta e independiente, como les gustaría a los españoles que sucediera».
El testimonio de Francken vuelve a poner de manifiesto la tensión entre los gobiernos español y belga. El primer ministro de Bélgica, Charles Michel, gobierna en coalición con el partido de Francken (N-VA), cuyo programa político apuesta por la separación pacífica de Flandes. Ello ha llevado a Michel a adoptar una postura por la que no ha terminado de dar nunca por completo la razón al Gobierno español.

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