La localidad de Silió, en el centro de Cantabria, ostenta el galardón de ser la primera en celebrar el Carnaval en toda Europa. La fiesta de La Vijanera, de un marcado carácter naturalista, tiene lugar el primer domingo de enero para celebrar la entrada del Año Nuevo y despedir el Año Viejo. Las celebraciones comienzan al filo de las 06.30, antes del amanecer, cuando los jóvenes vijaneros salen por el pueblo con grandes campanos para despertar a los vecinos. Sobre las 11.00, los habitantes de Silió se reúnen en un parque, donde van apareciendo los personajes de este carnaval. Uno de ellos es el zarramaco, que encarna al guerrero del bien y que va vestido con pieles de carnero, adornado con grandes campanos y se pinta el rostro de negro. Con su ruido, intenta ahuyentar los malos espíritus y despertar al oso de su hibernación. Este último aparece junto a su amo para simbolizar juntos el mal y el bien. También hacen acto de presencia la Gorilona, los danzarines blancos, la Pepa, la Madama, los viejos, los guapos, los traperos vestidos con tiras de colores, la Preñá, zorroloco... Entonces se produce la captura del oso, mientras en los límites del pueblo, «la raya», luchan en un frenético baile los zarramacos y el danzarín blanco. A continuación, se cantan coplas y se produce el parto de la Preñá, que simboliza el nacimiento del nuevo año. La Vijanera finaliza con la muerte del oso. El animal es escoltado por el Amo, los zarramacos y otros personajes hasta la plaza de la iglesia, donde es asediado por los presentes hasta morir, simbolizando así el triunfo del bien sobre el mal.