Ainara LERTXUNDI

El Gobierno y las FARC publican sus acuerdos para mayor transparencia

El Gobierno colombiano y las FARC-EP han hecho público el contenido íntegro de los tres acuerdos parciales alcanzados hasta el momento que incluyen una reforma rural integral, garantías para la participación política y medidas para solucionar el problema de las drogas ilícitas. En total 65 páginas, con cuya difusión pretenden zanjar «todo tipo de especulaciones producto, a veces, del desconocimiento y otras de una intención clara de desinformar».

Tras casi dos años conversando en La Habana, las FARC-EP y el Gobierno colombiano han hecho público el contenido íntegro de los tres acuerdos parciales que han alcanzado hasta el momento. Con este paso, ambas delegaciones esperan poner fin a las «especulaciones, producto, unas veces del desconocimiento de los comunicados y los informes, y, otras, de una intención clara de desinformar a la opinión pública».

En total son 65 páginas que «contienen transformaciones importantes para sentar las bases de la paz y asegurar la no repetición del conflicto». En un comunicado conjunto difundido el martes, los delegados de la guerrilla y del Gobierno expresan su convencimiento de que «la implementación de estos acuerdos representará un avance enorme en la promoción del bienestar de los colombianos y en la garantía de sus derechos, así como para la participación política y la apertura democrática para construir la paz».

En una comparecencia ante los medios, el jefe negociador del Ejecutivo, Humberto de la Calle, lamentó que «los esfuerzos de transparencia» realizados hasta el momento -traducidos en varios informes y en 40 comunicados conjuntos- no hayan sido «suficientes» y hayan dejado «un espacio demasiado grande a la especulación e incluso a la especulación malintencionada». Denunció que «los opositores del proceso han aprovechado el desconocimiento general que subsiste de los comunicados para poner en circulación toda clase de versiones y rumores que pretenden desinformar, que buscan crear desconfianza». «Ante esta realidad, decidimos coger el toro por los cuernos y hacer públicos los acuerdos, sin renunciar a la necesaria confidencialidad de futuras discusiones y acuerdos en construcción», explicó.

«Cada ciudadano podrá ahora constatar él mismo lo que hemos venido diciendo y formarse su propia opinión. Que comparen lo que hemos informado con los textos auténticos que hoy entregamos y que comprenden la totalidad de lo pactado», añadió De la Calle.

Reconoció que las discusiones con las FARC ha sido «muy intensas, con frecuencia agotadoras, pero hemos podido llegar a acuerdos a pesar de la distancia ideológica y de las profundas diferencias que hemos tenido y seguiremos teniendo».

Pilares de los acuerdos

El primero de los acuerdos, anunciado el 25 de mayo de 2013 tras seis meses de negociaciones, fue el relativo a la reforma rural integral que contempla la creación de un «Fondo de tierras -cuya extensión aún no ha sido definida- de distribución gratuita para los campesinos sin tierra o con tierra insuficiente», que irá acompañado de «planes nacionales financiados y promovidos por el Estado destinados a la provisión de bienes y servicios públicos como educación, salud, crédito, asistencia técnica, apoyo para la comercialización, infraestructura».

«La reforma rural integral sienta las bases para la transformación estructural del campo, crea condiciones de bienestar para la población rural y de esa manera contribuye a la construcción de una paz estable y duradera. Debe lograr la gran transformación de la realidad rural colombiana, que integre las regiones, erradique la pobreza, promueva la igualdad, asegure el pleno disfrute de los derechos de la ciudadanía y como consecuencia garantice la no repetición del conflicto y la erradicación de la violencia», sostiene el borrador del acuerdo.

Entre los compromisos adquiridos está la reducción de la pobreza rural en un 50% y la eliminación de la pobreza extrema en un periodo de diez años; la protección de las áreas de especial interés ambiental y la delimitación de la frontera agrícola; la reconstrucción con «enfoque territorial» de las regiones más afectadas por el conflicto».

El segundo acuerdo -«Participación política: Apertura democrática para construir la paz»- llegó a principios de noviembre de 2013. «Para consolidar la paz es necesario garantizar el pluralismo facilitando la constitución de nuevos partidos y movimientos políticos», para lo que ambas partes acordaron una Ley de Garantías para las organizaciones; la promoción de «una cultura de tolerancia, no estimagtización y reconciliación»; «una distribución más equitativa de los recursos públicos destinados a los partidos y movimientos políticos y una mayor transparencia del proceso electoral»; así como la creación de Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz para que «los territorios más afectados por el conflicto y el abandono, en una fase de transición, tengan una mayor representación en el Congreso de la República para asegurar la inclusión política de estos territorios y sus poblaciones, así como la representación de sus intereses».

En su introducción, este segundo acuerdo establece la necesidad de «crear las condiciones y dar las garantías para que las organizaciones alzadas en armas se transformen en partidos o movimientos políticos, que participen activamente en la conformación, ejercicio y control del poder político, para que sus propuestas y sus proyectos puedan constituirse en alternancia de poder».

El tercero y, hasta el momento, último de los acuerdos -«Solución al problema de las drogas ilícitas»- fue anunciado en mayo de este año.

En él se subraya que «el conflicto interno tiene una larga historia de varias décadas que antecede y tiene causas ajenas a la aparición de cultivos de uso ilícito a gran escala y a la producción y comercialización de drogas en el territorio. La persistencia de los cultivos está ligada en parte a la existencia de condiciones de extrema pobreza, marginalidad, débil presencia institucional, además de la existencia de organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico».

Destaca también que «la producción y comercialización de drogas ilícitas y las economías criminales ha tenido graves efectos sobre la población» y que «distintos sectores de la sociedad se han visto comprometidos de manera directa e indirecta». «Las instituciones, tanto a nivel nacional como local, han sido afectadas por la corrupción asociada al narcotráfico en su integridad y desempeño», remarca. El Gobierno se compremete a enfrentar «la corrupción en las instituciones y a liderar un proceso nacional eficaz para romper de manera definitiva cualquier tipo de relación de este flagelo con los diferentes ámbitos de la vida pública», y las FARC a «poner fin a cualquier relación, que en función de la rebelión, se hubiese presentado con este fenómeno».

En la base de lo pactado está la necesidad de «diseñar una nueva visión que atienda las causas y consecuencias de este fenómeno, especialmente presentando alternativas que conduzcan a mejorar las condiciones de bienestar y buen vivir de las comunidades», de abordar el consumo con «un enfoque de salud pública y que intensifique la lucha contra las organizaciones criminales, incluyendo las actividades relaciones como las finanzas ilícitas, el lavado de activos... desarticulando toda la cadena de valor del narcotráfico».

Pide, además, «un tratamiento especial a los eslabones más débiles de la cadena, que son los cultivadores y los consumidores de drogas ilícitas».

Carta de los Verdes Europeos a Santos

Diputados del Parlamento Europeo del grupo Los Verdes Europeos/Alianza Libre Europea enviaron ayer una carta al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, en la que le piden que proteja a los dirigentes sociales, a los sindicalistas y defensores de los derechos humanos amenazados por los paramilitares.

En la misiva, firmada por la vicepresidenta de la Cámara, Ulrike Luancek, los eurodiputados denuncian las amenazas de los paramilitares y citan, expresamente, las recibidas por la secretaria general de la Alianza Verde en Colombia, Gloria Flórez, quien, junto a un centenar de activistas por la paz y los derechos humanos, ha sido amenazada por las Águilas Negras. Sus nombres aparecieron en una lista enviada por correo electrónico a diferentes asociaciones y particulares. En un segundo mensaje, los paramilitares retiraron los nombres de tres personas porque irónicamente dijeron que «ya estaban muertas» e invitaron a sus familiares a sus velatorios.

Los eurodiputados exigen a Santos que «tome medidas efectivas y con celeridad» para proteger la integridad de Flórez y del resto de amenazados. GARA

Santos asegura ante la Asamblea General de la ONU que «la paz está más cerca que nunca»

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, aseguró ayer en la Asamblea General de la ONU que Colombia está «más cerca que nunca» de alcanzar la paz, y se mostró confiado en que una Colombia «sin coca y sin conflicto» es ya una posibilidad real.

«Puedo decirle a la comunidad internacional que estamos más cerca que nunca de lograr la paz. El proceso en La Habana con las FARC ha sido serio, realista, digno y eficaz y ya hay avances concretos. Tratamos una agenda de cinco puntos de los cuales a hemos logrado acuerdo sobre tres», remarcó. Santos desgranó cada uno de ellos subrayando que la reforma agraria integral permitirá «hacer inversiones para el campo como nunca antes, trabajar para que los campesinos sin tierra tengan acceso a ella, y generar mayor bienestar para las familias campesinas».

En cuanto a las garantías de participación y de oposición política, subrayó que con ello busca romper «para siempre el vínculo entre política y armas». Y en lo referente a los cultivos ilícitos, destacó que se ha acordado «desmontar las estructuras mafiosas del narcotráfico, impulsar un gran programa nacional de sustitución de cultivos y desarrollo alternativo, y tratar el problema del consumo desde un enfoque de salud pública».

«Una Colombia sin coca y sin conflicto era un sueño imposible hace unos años, pero hoy puedo decirles que es una posibilidad real. ¿Se la imaginan?», preguntó. «En un mundo de guerra, terrorismo y enfermedades, quisiera traer a esta Asamblea una luz de esperanza, la esperanza de alcanzar la paz en Colombia después de un conflicto de mas de medio siglo», reiteró Santos

Sobre el papel de las víctimas -cuestión sobre la que se está discutiendo en La Habana- celebró que «están cambiando su dolor por la esperanza de la paz y mientras trabajamos para que tengan derecho a la justicia, a la verdad y a la reparación y a la no repetición, pero sobre todo para que no haya más víctimas».

«Si tenemos éxito, como lo esperamos de corazón todos los colombianos, estaremos listos para compartir nuestra experiencia (...) para que sirva de modelo y como un faro de esperanza para otros conflictos en el mundo», sentenció. GARA