GARA
PARÍS
ACCIDENTE DE AVIÓN EN LOS ALPES FRANCESES

El fiscal revela que el copiloto se estrelló de forma deliberada

El análisis de la caja negra del Airbus de Germanwings revela, según la Fiscalía, que el copiloto provocó de forma deliberada la colisión.

Andreas Lubitz, alemán de 27 años y copiloto del Airbus A320 que el martes se estrelló en los Alpes franceses con otros 149 ocupantes, hizo colisionar el avión de forma deliberada, según las primeras conclusiones derivadas del análisis de las grabaciones de audio de una de las cajas negras del aparato, según informó ayer el fiscal de Marsella encargado del caso, Brice Robin, quien descartó, en principio, un atentado «terrorista».

El audio recuperado recoge lo ocurrido en la última media hora de vuelo en la cabina del avión de la compañía Germanwings, que hacía la ruta entre Barcelona y Düsseldorf. Los primeros veinte minutos, relató el fiscal, muestran que la conversación de Lubitz con el comandante transcurrió en un tono cortés e incluso cordial, pero sus respuesta comenzaron a ser «lacónicas» y breves durante la preparación del informe para el aterrizaje en la ciudad alemana.

En ese momento, el comandante le pidió al copiloto que tomara el mando porque iba a ausentarse de la cabina, presumi- blemente para ir al servicio. Fue entonces, cuando Lubitz se quedó solo cuando bloqueó el acceso desde fuera, y la tripulación y la torre de control perdieron el contacto con el avión.

Lubitz, con una experiencia de 630 horas de vuelo y que había comenzado a trabajar con la aerolínea alemana en setiembre de 2013, accionó el sistema de descenso «pese a que no tenía razones para hacerlo» y no pronunció ni una sola una palabra el resto del trayecto.

Según el fiscal, la grabación de la única caja negra recuperada hasta el momento permite saber que el comandante reclamó que le abriera la puerta e intentó derribarla ante la falta de respuesta y que las advertencias de los controladores fueron desatendidas. Agregó que la respiración del copiloto era, en apariencia, totalmente normal, por lo que todo indica que estaba vivo hasta el momento en el que el avión se estrelló contra las cumbres del macizo de los Trois Évêchés y quedó particularmente desintegrado.

«Voluntad de destruir»

«Ignoramos la razón, pero puede analizarse como una voluntad de destruir el avión», señaló Robin, quien descartó que Lubitz hubiera sufrido un desvanecimiento.

Agregó que los pasajeros no se dieron cuenta de lo que sucedía hasta el último momento, porque el la grabación no se escuchan gritos hasta poco antes del impacto.

Lubitz nació en la localidad de Montabaur, de 12.000 habitantes, en el estado federado de Renania-Palatinado, y no estaba fichado por la Policía alemana. Tanto el ministro alemán de Interior, Thomas de Maizière, como el propio fiscal francés descartaron «indicios de trasfondo terrorista».

«En este momento, nada permite decir que se trate de un atentado terrorista», insistió Robin, quien evitó hablar de «suicidio» al señalar que «normalmente, si te suicidas, te suicidas solo».

Quienes le conocían dijeron de él que era un joven deportista, «muy competente» y que «soñaba con volar, con un carácter «muy educado y amable, divertido y a veces quizá un poco tranquilo», sin ninguna particularidad especial.

«Cien por cien apto»

El presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, afirmó desconocer los motivos que llevaron a Lubitz a provocar la colisión de forma consciente e hizo hincapié en que el copiloto era «cien por cien apto para volar, sin ningún tipo de peculiaridad, y su actitud era impecable» al tiempo que rehusó hacer comentarios especulativos sobre sus posibles problemas siquiátricos. Expertos en siquiatría también pidieron cautela.

Spohr manifestó que la compañía está «consternada» tras conocer la información difundida por la Fiscalía francesa e indicó que «lo que ha ocurrido era inimaginable». «Ni en nuestros peores sueños hubiéramos podido imaginar algo así», dijo.

Mostró absoluta confianza en sus pilotos y en los criterios de selección de la aerolínea. Explicó que Lubitz había superado las pruebas médicas que se realizan anualmente, pero que tras la formación de los pilotos no incluyen pruebas sicológicas explícitas.

Lubitz había superado en 2008 y 2010 las pruebas de seguridad rutinarias que realizan las autoridades de control aéreo de Renania del Norte-Westfalia a los trabajadores de las aerolíneas con base en ese estado y de los aeropuertos de la región.

Se había formado como piloto en el centro que Lufthansa tiene en la ciudad de Bremen y, según su presidente, hace seis años y durante varios meses interrumpió su formación, algo que no es infrecuente. Spohr insistió en que los estándares de seguridad de Lufthansa son elevados y que volar es el medio de transporte más seguro.

Explicó que en caso de emergencia –como la pérdida de conocimiento de los pilotos– existe un mecanismo de seguridad por el que se abre la puerta de la cabina, para lo hay que dar un código especial y una señal. Si no hay respuesta, se abre la puerta.

Este procedimiento se activa cuando los dos pilotos son incapaces de actuar, pero el mecanismo se puede bloquear desde dentro mediante un interruptor para que no entre nadie, como parece que hizo Lubitz. Entonces la puerta queda cerrada cinco minutos.

Varias aerolíneas decidieron ayer cambiar sus procedimientos para que a partir de ahora sea obligatoria la presencia de dos personas en cabina, tal y como ocurre en EEUU, donde un auxiliar de vuelo debe estar en cabina si el piloto sale.

La cabina de pilotaje fue la parte del avión que más cambios sufrió tras los atentados del 11S en 2001, al poderse bloquear desde dentro el acceso aunque se introduzca el código numérico desde fuera, y contar con tres cámaras en el exterior desde las que los pilotos pueden controlar lo que sucede en la puerta de acceso a la misma.

Varios registros

Ayer, las fuerzas de seguridad alemanas registraron tanto la vivienda de Lubitz en Düsseldorf como la de sus padres, en Montabaur. Los agentes, según imágenes facilitadas por los medios locales, han abandonado con bolsas y cajas las dos viviendas de Lubitz,

Los registros fueron ordenados, en colaboración con las autoridades francesas, por la Fiscalía de Düsseldorf, que en un comunicado explicó que los registros buscaban reunir «documentos personales» del copiloto que ayuden a esclarecer los motivos que le llevaron presumiblemente a estrellar el Airbus A320 contra la montaña.

La cancillera alemana, Angela Merkel, garantizó a los familiares de todas las víctimas que su país hará «todo lo que esté en su mano» para investigar una tragedia que ha cobrado «una nueva dimensión casi inimaginable» tras las revelaciones del fiscal de Marsella.

La investigación prosigue para intentar recuperar la segunda caja negra –cuya carcasa sí se halló–, con los parámetros técnicos del vuelo, y recuperar los cuerpos y los restos de fuselaje.

Las familias lloran a sus seres queridos junto al área del impacto

Los familiares de las víctimas del vuelo Barcelona-Düsseldorf que se estrelló en los Alpes el martes lloraron ayer a sus seres queridos en una ceremonia en la localidad de Le Vernet, el punto más próximo al lugar de la tragedia al que pueden acceder, al pie de la montaña donde ocurrió el siniestro. Venían buscando consuelo y encontraron más motivos para la rabia y el dolor cuando el fiscal de Marsella, Brice Robin, les reveló los últimos datos de la investigación.

Ocho autobuses custodiados por la Policía partieron a primera hora de la tarde desde Marsella, adonde habían llegado procedentes de Barcelona y de Düsseldorf en sendos aviones fletados por Lufthansa.

Unos 250 familiares de los 150 fallecidos participaron en un homenaje organizado en un centro comunitario de las afueras de la pequeña aldea de Le Vernet. Entre ellos, los allegados del copiloto, Andreas Lubitz.

Tras apearse de los autocares, se pararon, en silencio, frente a la montaña en la que han perdido a sus seres queridos. Hubo lágrimas, lamentos y gritos, pero sobre todo coraje y respeto.

Una decena de banderas, que representan las nacionalidades de las víctimas, presidieron el lugar de la ceremonia, donde los familiares descubrieron una placa en memoria de los fallecidos.

Con sol y mucho menos viento, ayer se retomaron las tareas de rescate, una vez que se disipó la niebla. «Trabajan a pleno rendimiento», aseguraron fuentes del Ministerio francés de Interior.

El miércoles por la tarde los equipos comenzaron a recuperar restos de los cadáveres de las 150 víctimas, según fuentes del Ejecutivo catalán. Estos son trasladados hasta el aeródromo de Syenes-les-alpes. Está previsto que las muestras luego sean analizadas y comparadas con el ADN de sus familiares. El fiscal de Marsella, Brice Robin, aseguró que su identificación, que ya ha comenzado, llevará «varias semanas».GARA