Mikel INSAUSTI
CITIZENFOUR

El Gran Hermano que todo lo vigila y controla ya es realidad

Aquellos que tienen nociones de informática y saben moverse por la red se creen libres. Pero que no se lleven a engaño, la tecnología nunca ha estado ni estará a su servicio, sino al del poder establecido. Esto es lo que demuestra de forma palmaria e incontestable el documental ganador del Oscar y del Bafta. “Citizenfour” es la tercera entrega de la trilogía post 11-S realizada por Laura Poitras, tras las dos primeras entregas que le llevaron sucesivamente a viajar a Irak y Guantánamo.

El viaje de “Citizenfour” ha sido ya alrededor del mundo, acumulando más escenarios que cualquier superproducción de espías hecha por Hollywood. No le quedaba otra para seguir a Edward Snowden y los periodistas con los que colaboró, pero esta es una característica del documental que le confiere el necesario concepto de globalidad. Poitras no hace otra cosa que recalcar, por boca de sus entrevistados, que nadie está a salvo de la vigilancia y el control del Gran Hermano en el que se ha convertido los Estados Unidos bajo la administración del presidente Obama.

Nunca vemos el rostro de Poitras, que prefiere ocultarse de la cámara, dejando que su presencia quede fuera de plano y sea únicamente reconocible a través de su voz. Ella conversa con el analista Edward Snowden y con el periodista Glenn Greenwald, a la vez que mantiene con ellos una comunicación mediante mensajes por ordenador encriptados.

El obligado secretismo de la película es tal que recuerda a los trhillers políticos conspirativos de los años 70, en especial por los testimonios del veterano analista William Binney, que recuerda que antes de Internet ya existían otro tipo de escuchas y de seguimientos, razón por la que en el caso de Garganta Profunda durante el mandato de Nixon los encuentos con la prensa debían de ser fuera de cualquier alcance.