Jon ORMAZABAL
Athletic

La espina clavada de Gurpegi

El capitán no esconde su ilusión por jugar la final de Copa en Barcelona, tras no participar en las de Valencia, el Calderón y Bucarest

Sabedor de que los jugadores más recordados y añorados forjan sus gestas en los partidos más importantes, Carlos Gurpegi, todo un símbolo del Athletic de los últimos años, tiene clavada una espina en su corazón rojiblanco. El de Andosilla ha protagonizado muchas de las gestas más recientes del equipo pero, por una u otra razón, no ha podido disputar ninguna de las tres finales más recientes y es consciente de que la de Barcelona puede ser su última oportunidad de vivir una.

«En Valencia estaba en el banquillo, en el Calderón también y en Bucarest todavía no me había recuperado de la lesión. Si los jóvenes tienen ilusión, imagínate yo, que he estado en tres y no he podido jugar en ninguna. Significa muchísimo para mí», reconoció el capitán.

Pero el deseo del defensa navarro va mucho más allá de una cuestión personal. «Es algo que todos tenemos muchas ganas. El club se lo merece, y mis compañeros y yo también. Solo pensamos en ir a allí a ganarla».

No obstante, asume que «es una desventaja jugar en su campo», pero le anima el hecho de ser considerado como equipo local y utilizar el vestuario que utiliza habitualmente el Barcelona. «El local es el más antiguo y está claro que nosotros queremos que sea así y no lo vamos a cambiar», declaró.

También cree que para el Athletic «es bueno que ellos se sientan superiores, que se sientan mejores. Lo demostramos en Cornellà y ojalá lo podamos demostrar el 30 de mayo», dijo, esperanzado en que, tras tres derrotas anteriores, este grupo se pueda llevar el título.

Animado a seguir

Asimismo, Gurpegi abrió ayer en Lezama la puerta a su renovación con el Athletic ante el buen estado físico en el que se ve, condición que se había puesto para continuar, y espera también que el usurbildarra Andoni Iraola, en una situación parecida a la suya, «no se vaya».

«Mi futuro depende mucho más de mi aspecto físico que de otra cosa, de mi circunstancias, de como me siento. Y sí, es cierto que me encuentro bien»

El arco de San Mamés ya luce en Lezama

A pesar de la incesante lluvia que cayó en la jornada de ayer sobre Lezama, los operarios concluyeron ayer con éxito el proceso de colocación del símbolo del viejo San Mamés en la que será su ubicación definitiva, la banda del Campo 2 de la factoría rojiblanca.Desde la demolición del viejo estadio bilbaino, el mítico arco ha sido saneado en Urduliz y, conseguidos los permisos pertinentes, descansa ya en su emplazamiento final.

Otro mito rojiblanco, José Ángel Iribar, que desde su despacho puede ver el arco, valoró muy positivamente la decisión. «Que se haya trasladado a Lezama, que es nuestra piedra angular del Athletic, en la que se trabaja toda la cantera, me parece una idea formidable», señaló. «Siempre he conocido el arco, desde que llegué ya hace 53 años, el entorno, la afición, el equipo, San Mamés, es un conjunto de cosas que identifica al Athletic perfectamente», agregó.GARA