Oihane LARRETXEA

«SEGUIMOS LAS ÓRDENES DE LOS FAMILIARES Y DE NUESTROS CORAZONES»

ARROPADOS POR MILES DE CIUDADANOS, LOS CUATRO DETENIDOS, EN LIBERTAD DESDE EL VIERNES, Y FAMILIARES DE PRESOS VASCOS, RECORRIERON DONOSTIA PARA PEDIR ALGO TAN ELEMENTAL COMO EL RESPETO DE SUS DERECHOS HUMANOS. EN ESPECIAL, EL DE LA ASISTENCIA SANITARIA, ÚLTIMO BLANCO DE MADRID.

«Somos un colectivo de médicos, siquiatras... trabajadores de la salud pública y privada, que estamos comprometidos». Con estas sencillas palabras describió Fernando Arburua, uno de los cuatro detenidos el miércoles por la Guardia Civil, quiénes son y cuál es la función que desempeñan. Junto a Nagore López de Luzuriaga, Izaskun Abaigar y Oihana Barrios, el miembro de Jaiki Hadi corroboraba su compromiso con su labor. Un compromiso que afirmó «es de corazón». Los aplausos de unas 6.600 personas –según el recuento de GARA– que secundaron la manifestación de ayer en Donostia interrumpieron su pequeño discurso.

Esta última operación policial, en su opinión, ha tenido por objetivo criminalizar la asistencia sanitaria a los presos y, en este sentido, Arburua defendió que su trabajo y el de sus compañeras «se ciñe a una labor profesional, a una normativa de las administraciones. Las mismas que nos quieren acallar», denunció, poniendo en evidencia la paradoja.

Respondiendo a las acusaciones que la Audiencia Nacional les achaca, aseguró que su trabajo «no responde a las órdenes de nadie», salvo a las de los familiares de presas y presos para que cuiden de sus allegados. «También responde a las órdenes de nuestro corazón –incidió–. Eso es lo que nos guía».

Barrios, por su parte, opinó que la redada no ha sido un ataque contra Jaiki Hadi, sino contra los represaliados, a quienes desde el escenario envió un cálido abrazo, en especial «a nuestros pacientes, los presos que están gravemente enfermos».

La marcha arrancó pasadas las cinco de la tarde desde el estadio de fútbol de Anoeta. Bajo el lema “En defensa de los presos y de sus familiares, solidaridad”, la ciudadanía salió a la calle a arropar a los cientos de familiares que acudieron a la cita. A la cabeza, sujetando la pancarta, entre otros, los cuatro detenidos, que recibieron incesantes muestras de cariño.

Los besos y los abrazos sirvieron para calmar el daño que busca Madrid. Según Maider Alustiza, miembro de Etxerat, «buscan herir, y lo logran». «Pero ese no es el camino que queremos recorrer –advirtió–. Nuestro compromiso es el de la paz y la resolución». En ese recorrido, Alustiza pidió, tanto al comienzo de la marcha como al final, la colaboración de la ciudadanía; necesitan su apoyo, su respaldo para abrir entre todos las puertas que a día de hoy «algunos se empeñan en cerrar».

Entre los cientos de familiares que secundaron la manifestación, tantas personas como historias. Padres y madres de presos enfermos, padres y madres a quienes han alejado aún más a su hijo, padres y madres que, a causa de su edad, no pueden viajar hasta la cárcel tanto como desearían. «Nuestra salud tampoco aguanta»…

Al igual que se expresó Arburua en cuanto a la criminalización de su profesión, Alustiza hizo otro tanto, y se dirigió a quienes señalan a los allegados y amistades. «Somos sus familiares, no es algo que hayamos elegido. Nos ha tocado», dijo, pidiendo el fin de la dispersión. Precisamente, gritos por el acercamiento de los presos rompieron en varias ocasiones el silencio. A los grupos políticos se les solicitó que «trabajen de una vez» para dar carpetazo a una política penitenciaria que, según recordaron, es «excepcional».

Trabajo por hacer

Ante los medios hizo su valoración, entre otros, el parlamentario de EH Bildu Julen Arzuaga. En su opinión, la sociedad vasca «percibe a la perfección cuándo una actuación es a favor de la normalización política o cuándo es un verdadero ataque u obstáculo» a ello como lo es, a su juicio, el operativo policial de esta semana. A su entender, «no es momento para operativos diseñados desde Madrid, ni para mantener militares en nuestras calles, ni para realizar acusaciones inaceptables e ilógicas», pero tampoco es el momento «de respuestas tibias y serviles como la que ha realizado el Gobiern o vasco» ante estas detenciones. Criticaba así las declaraciones del portavoz, Josu Erkoreka, en las que lamentó que la Ertzaintza no estuviera al corriente del operativo policial.

Para LAB, las detenciones han sido «un punto de inflexión» y como tal, «tanto a nivel de calle, con manifestaciones, como a nivel institucional hay que buscar otra salida a la situación del colectivo de presos políticos vascos», declaró Jabi Garnika, secretario general adjunto.

El último mensaje ponía bajo el foco todo el trabajo que queda por hacer, pero también el compromiso «de que lo vamos a hacer».