Tip: ¡Coll! Coll: ¡Tip! Tip: ¡grandísimohijodelagranputa!, así todo junto, Coll:usted siempre tuteándome. Tip: le abrazo. Coll: y yo beso sus pies,señora.

Tip: y dígame, buen mozo, ¿qué dice la prensa? Coll: ¿no vamos a meternos con el Gobierno? Tip: mañana hablaremos del Gobierno. Coll: pues un avión que se ha accidentado con todos muertos, algunos de los cuales llevan «apellidos españoles». Tip: o sea, que descartamos que pudieran ser españoles que se apellidaran Lancaster o York por vía materna... Coll: pero no recios apellidos como Vidaurrazaga, Aranburu u Odriozola, tan españoles como Martínez o un Gómez mejicano. Tip: así se entiende la cosa. Coll: no frivolice, milord. Tip: ¿yo? ¿Ha visto el tratamiento televisivo del luctuoso suceso? Parecía que los locutores estaban a punto de decir que las víctimas lo habían sido por culpa de (la) ETA. Coll: entonces los yihadistas.

Tip: por no hablar del obsceno tratamiento radiofónico. Coll: cuente, cuente. Tip: un locutor fascista que ahora ha fichado por la cadena de los curas, recalcando con morbo que el avión tardó ocho minutos en estrellarse. ¿Qué pasaría por sus mentes?, repite con delectación este barroco tenebrista. Coll: como si fuera Caravaggio o Ribera o Murillo. Tip: ¡ocho minutos!, regurgita este sádico,este enfermo.

Coll:menos mal, maese Tip, que hay dispuestos equipos psicológicos como ayuda a los deudos más directos. Tip: conozco un caso que declina tal supuesta merced. Coll: algún conspiranoico, sin duda.

Tip: ¡ocho minutos!, machamartilla este neurasténico. Coll: y no sólo él. Tip: quiere este estulto bruto que nos hagamos lo que los ignacianos en sus «ejercicios espirituales» llamaban una «composición de lugar», o sea, que nos imagináramos dentro del avión para sufrir como sufrió Jesús camino del Gólgota.

Coll: ¡pues que se aplique el cuento, no te jode aquí el mortificador! Tip: a ese le importa la desgracia ajena una higa: comercia con ella.

Coll: maestro. Tip: vete al guano.