Al día siguiente de conocerse que la comisión oficial encargada de evaluar el denominado Gran Proyecto Ferroviario del Sudoeste (GPSO) del Estado francés ha emitido un informe desfavorable a la alta velocidad entre Hendaia y Burdeos, el grupo parlamentario de EH Bildu en Gasteiz emitió una nota de prensa destacando que en el plazo de apenas una semana «la ‘Y Vasca’ ha recibido dos varapalos contundentes desde Bruselas y Paris, que hacen tambalearse los argumentos de quienes apoyan esta infraestructura».

Y es que, tal como señala la coalición soberanista en su comunicado, la semana pasada la Comisión Europea negó cualquier ayuda económica a los proyectos ferroviarios que «no demuestren su viabilidad positiva», un requisito inexistente en el trazado vasco. Fue un jarro de agua fría al macroproyecto al que se suma la noticia procedente de las instituciones galas respecto a las líneas del TGV entre Burdeos y Toulouse, y Burdeos y Dax, respecto a las cuales el dictamen «pone en duda su viabilidad y descarta la idoneidad de apostar por su construcción, por motivos económicos, sociales y medioambientales», negando asimismo, destaca EH Bildu, la declaración de «utilidad pública» a ambas líneas.

El grupo parlamentario abertzale señala asimismo que, «al margen de que Lakua no ha presentado aún ningún estudio de viabilidad», con esta última información «se corrobora que la ‘Y vasca’ que impulsan los gobiernos de Gasteiz y Madrid no tendrá conexión con Francia». Ante esta situación, EH Bildu considera que «nos encontramos en una situación de desconcierto absoluto». «El TAV se ha construido sobre grandes mentiras. El supuesto ahorro de tiempo ha quedado en nada, la conexión con los estados español y francés se descarta, y el transporte de mercancías es inviable», apostilla a ese respecto.

Un estudio independiente

En este contexto, EH Bildu amplaza «a quienes todavía siguen apostando por esta infraestructura para que elaboren un estudio independiente siguiendo el ejemplo francés, que analice su coste y su rentabilidad, para poder tomar decisiones sobre este proyecto». «Es momento de tomar decisiones políticas sobre este despropósito, antes de empezar a hablar de responsabilidades políticas por el fraude consciente que supone despilfarrar dinero público en esta obra», concluye la coalición, quien anuncia además que en el siguiente pleno de control del Gobierno interpelará sobre esta cuestión a la consejera de Medio Ambiente y Politica Territorial, Ana Oregi.

El informe de la comisión encargada de evaluar el GPSO, que ya ha sido remitido al prefecto para que él a su vez lo envíe a los ayuntamientos afectados por el proyecto y a la compañía ferroviaria SNCF al objeto de que hagan las alegaciones que consideren oportunas, recoge efectos negativos tanto en el aspecto medioambiental, por su afección a la flora y a la fauna, como en el ámbito territorial, por el desequilibrio que ocasionaría entre las grandes urbes, por un lado, y las poblaciones medianas y las zonas rurales, por otro, y constata que no se han barajado alternativas.

Un oscuro futuro para el TAV también hacia el sur

No solo desde las instituciones francesas se está poniendo cada vez más en cuestión la posibilidad de que la alta velocidad llegue alguna vez a Euskal Herria –el alcalde de Angelu y miembro del Consejo Departamental Claude Olive (UMP) admitía la semana pasada en entrevista a GARA que «nunca llegaremos a verlo aquí; no habrá la financiación necesaria»–, sino que está cada vez más asumido que el TAV es un proyecto ruinoso en el Estado español, hasta el punto de que organismos tan prestigiosos como la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) han recomendado que no se construyan más líneas.

Un informe sobre las líneas de alta velocidad existentes en el Estado que fue presentado el viernes pasado en Madrid por miembros de esa fundación concluye que todas ellas presentan una rentabilidad social y financiera negativa y que, por lo tanto, «ninguna debería haberse construido». E incluso en ese contexto general de rentabilidad negativa, el trabajo indicaba que la línea entre Madrid y el norte peninsular es el que peores números ofrece, sin que los ingresos esperados lleguen a cubrir los costes. Argumentos que dificultan más si cabe una eventual conexión de la «Y vasca» hacia el sur. GARA