Desde el 7 de enero, día en que los 84 trabajadores de Laminaciones Arregui debían volver a sus puestos de trabajo, la dirección de la multinacional Celsa Atlantic ha llevado a cabo diversas maniobras para no cumplir la sentencia judicial. Primero, confeccionó un calendario laboral en el que se suprimían los puentes y se agrupaban en enero, con lo que consiguió retrasar la reincorporación hasta el día 21 de ese mes. A continuación, decidió enviar a los trabajadores a un curso de formación de dos meses, impartido por una fundación de UGT. Finalmente, el pasado martes, informaba al comité de la presentación de un nuevo ERE de extinción de contratos cuyo número coincide con el de los 84 trabajadores que ganaron la sentencia.

En su escrito, la dirección de la multinacional argumenta que ello permitirá a la compañía «permanecer en el territorio con unas plantas sostenibles y adaptadas a la actual demanda», aunque el sindicato ELA no dudó en asegurar que se trata de un acto de «venganza» por la sentencia ganada en el Tribunal Supremo. En una nota de prensa, este sindicato subraya que la dirección de la empresa «muestra una vez más sin ningún tipo de rubor su mala fe negociadora y su mal perder». Argumenta para ello que en la propia memoria explicativa del ERE se asegura que el excedente de personas «va dirigido al colectivo de trabajadores que a día de hoy están pendientes de reincorporarse a sus puestos de trabajo en base a la sentencia judicial».

Tras denunciar que tanto la dirección de Celsa Atlantic como el bufete Sagardoy Abogados «están mostrando unas ganas de revancha inusuales», ELA anuncia que defenderá los empleos de los trabajadores afectados «con todas las herramientas que tenemos a nuestro alcance».

Asimismo, exige a la autoridad laboral y al propio Gobierno de Gasteiz que se posicionen en defensa de los trabajadores y que articulen todos los mecanismos a su alcance para que la dirección de la empresa «se siente a negociar un verdadero plan de viabilidad».

El conflicto de Laminaciones Arregui se remonta a mayo de 2012, cuando Celsa Atlantic presentó un expediente de extinción que suponía el despido de 352 trabajadores de las plantas de Gasteiz y Urbina. Tras las movilizaciones y demandas judiciales, los diferentes juzgados se fueron posicionando a favor de los trabajadores y finalmente el Tribunal Supremo dio la razón a los 84 que mantuvieron la vía judicial, al declarar nulas las extinciones.

Protesta por el accidente de Noain

La empresa Gescrap de Noain, donde resultó mortalmente herido el trabajador Juan Miguel Arregui, vecino de Lakuntza, fue escenario ayer de una protesta convocada por la mayoría sindical vasca, que denunció las consecuencias que tiene el actual modelo laboral basado en la precarización. GARA