J.S.
DONOSTIA

LAB priorizará la lucha contra la pobreza y la precariedad

Jornada laboral de 35 horas, salario mínimo de 1.200 euros, acceso a los servicios públicos y vivienda digna. Son las cuatro prioridades que se marca el sindicato LAB para dar respuesta a la actual crisis y que solo se podrá materializar a través de un proceso soberanista cuyo «motor» debería ser el sindicalismo abertzale.

Con motivo de cumplirse el 40 aniversario de su creación y en vísperas del Primero de Mayo, LAB reunió ayer en Donostia a miembros referenciales de ayer y de hoy del sindicato para dar a conocer públicamente una declaración que recoge sus principales reflexiones sobre el modelo sindical que necesita Euskal Herria.

Ante veteranos sindicalistas como Jesús Mari Gete, Txomin Lorca, Itziar Lopetegi, Mati Iturralde o Txutxi Ariznabarreta, la secretaria general, Ainhoa Etxaide, subrayó que la recuperación económica a la que se refieren las instituciones «se ha construido sobre una crisis social sin precedentes», motivo por el que su sindicato se marca como prioridad la jornada laboral de 35 horas, un salario mínimo de 1.200 euros, unos servicios públicos universales y una vivienda digna. «Con esas cuatro medidas, se soluciona la crisis social», dijo, para subrayar que el problema no es económico, sino de voluntad política.

A juicio de Ainhoa Etxaide, la alternativa que ofrece su sindicato a los trabajadores vascos «se sustenta en nuestro principal valor, que no es otro que la trayectoria histórica de los últimos 40 años».

En este sentido, se mostró convencida de que LAB es «un instrumento» al servicio de la clase trabajadora vasca, de tal forma que el debate «no es qué hacer con el sindicato, sino qué es lo que necesitan los trabajadores y cómo vamos a conseguir vías efectivas para responder a sus necesidades».

Hizo también un llamamiento a superar «inercias y corporativismos», en referencia a la división sindical, para lo que defendió «nuevas formas de organización, nuevas formas de entender y de hacer sindicalismo».

Y junto a ello, indicó que los trabajadores vascos deben tener la posibilidad de construir esa alternativa, por lo que subrayó que el sindicalismo abertzale «debería ser el motor del proceso soberanista» que, a su juicio, «va a ser el único que nos va a permitir no solo revindicar, sino construir nuestras alternativas».